Autor. Ivo Basterrechea Sosa.
¿Qué decir de las hamacas? ¿Sabían nuestros nativos tejer o hacer nudos?
En algunos pasajes del Diario, Colón menciona las redes de pescar que sus
hombres lanzaban a la mar. No es más lógico pensar que aquellas redes, en algún
momento las utilizaron los castellanos, colgadas de dos árboles para dormir en
ellas y evitar los suelos húmedos,
que reafirma Oviedo. Solo dos cosas para no recurrir a la disertación del
cronista, el trancahilos y la humedad del piso. Todos, los treinta y nueve
hombres que quedaron en el Fuerte de Navidad, en la isla La Española, eran hombres de mar, los que sí sabían
tejer y hacer nudos y quizás enseñaron dichas artes a nuestros nativos.
¿Cuántas veces el Almirante, reiteró en su Diario, en la etapa que
llamamos naturales a nuestros aborígenes, que andaban como las madres los trajo al mundo, muchos cargados de algodón, y más
adelante, mencionaba las pampanillas que algunas indias usaban para cubrir sus
naturas? ¿Sabían los naturales, tejer el algodón? Creemos que no. También entre
aquellos 39 hombres, había un sastre. ¿Qué no pudo hacer un sastre con la
inmensa cantidad de algodón que ellos tenían? ¿Y qué algunos indígenas lo enredaran en forma de rueca como se hacía en Castilla? ¿No sería esto uno de
los tantos anacronismos? ¿No podía el sastre enseñarles primero a hilarlo? ¿No
podía el sastre y los demás hombres de mar, enseñarles a hacer las cuerdas o
cabuyas? ¿No podía el sastre adiestrarles en el trenzado de esas cuerdas? ¿No
podrían ser esos marinos los que los enseñaran a hacer todo tipo de nudos para
crear la malla de las redes que luego convirtieron en hamaca. ¿No sería más
creíble que fuera el sastre quien atara al tronco de un árbol el trancahilos
(que menciona Oviedo) con hilos, cuerdas o cabuyas, y con una regleta, creara
los primeros artefactos tejedores en aquellas tierras recién descubiertas? ¿No
es mejor creer que fue ese sastre quien enseñara a los nativos a tejer los
llamados petates a partir de las fibras o yarey
de las palmas? Cada vez que Colón se refería a los alfaneques o bajareques de
las casas de los indios, aseguraba que estaban limpias y vacías. Ni dormir ni
sentarse sobre algo, era costumbres de los aborígenes, por lo menos antes del
Fuerte de la Navidad. La humedad del clima le hacía mucho daño a los treinta y
nueve peninsulares, y ellos para evitar enfermarse, quizás entre dos
troncos de árboles levantaron los pedazos de lonas de las velas de la encallada nao Santa
María y quien no duda de que alguno de ellos lo hiciera con tramos de redes, sintiendo
más fresco el ambiente a través de la malla, pero ellos necesitaban las redes para pescar y quizás ordenaron al sastre hacerlas de algodón, y éste enseñara a tejer a un grupo de
indios. En cuanto a la etimología Don Fernamdo Ortiz, en su Catauro de
cubanismos, pág. 136, comienza
escribiendo: Hamaca.—El Diccionario de la
Academia dice que esta voz proviene del holandés hangmat, cama suspendida.
Oviedo dice terminantemente que los indios de la Española llamaban hamaca a sus
camas... Y en el último párrafo agrega que
la etimología holandesa es aventurada. No creemos que en los tiempos de Oviedo,
pudiera éste conocer las voces holandesas, si es que entonces ya tenían tal
aplicación y se conocía el objeto; lo cual no parece deducirse de la
satisfacción con que Oviedo describe las hamacas y las recomienda a los
ejércitos europeos. Los demás historiadores de Indias siguen, a Oviedo.
Nosotros tampoco la compartimos, pero cuando visitamos a Pichardo, éste
introduce una controversia con el vocablo hamo
por jamo, donde nos dice Hamo.—N. s.m.—Voz mui usada aquí con J,
Jamo, y que seguramente viene de la latina Hamus. Especie de red en forma de
manga ó colador que remata en punta y la boca es un aro grande para pescar.
Rodríguez Herrera, en una de las fichas del DRAE nos aclara, que en Cuba se usa el jamo para pescar
jaibas en las orillas de los ríos o del mar. Creemos que jamo es una corrupción generalizada de hamo, pero de una forma u otra, tienen
que ver con la red de pescar y con este vocablo de hamo del latino hamus, también pudiera por deformación surgir la palabra hamaca. Es toda una
suposición.
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