A la altura de la Puerta de Tierra, en la
zona pantanosa de extramuros, se construyó en 1790, una plaza para los ejercicios
militares del ejército español, ampliada en 1793, convirtiéndose en el Campo de
Marte de La Habana. Luego de sufrir significativos cambios, el Capitán General
Miguel Tacón, (1834-1838) delimitó el terreno con un enrejado, colocando cuatro
puertas con escudos de armas, en cada uno de los puntos cardinales,
nombrándolas, Hernán Cortés (Norte), Francisco Pizarro (Sur), Miguel Tacón
(Este), y Cristóbal Colón (Oeste). En este lugar el 29 de junio de 1856, el
sastre y toldero portugués Matías Pérez, por última vez se elevó y desapareció en
su globo aerostático, deviniendo la frase proverbial “Voló como Matías Pérez”. A
finales del siglo XIX, Valeriano Weyler, reconcentró aquí parte de los
campesinos para evitar ayudaran a los mambises, y luego en 1898, el lugar se llenó de tiendas de campañas del ejército americano. Ya en el poder la primera Administración americana (1898 - 1902, limpió
el área, la arboló, le sembró el césped y las rejas las trasladaron a la Quinta
de los Molinos, dándole el nombre Parque de Colón, hasta que el ciclón de
1926 le causó severos daños, y en sólo dos años, en 1928 el gobierno del
general mambí Gerardo Machado, lo transformó por completo junto al parque de la Fuente de la India, circundándolo de
nuevas calles con aceras, parcelándolo en esmerada jardinería con palmeras,
colocando un destacado mobiliario de alta calidad técnica y artística, bancos,
farolas y demás ornamentos, enrejando en su centro una ceiba bautizada como el
“Árbol de la Fraternidad Americana”, abonada con tierra de las veintiocho repúblicas
que participaron en la VI Conferencia Panamericana. Hasta el día de hoy, cuando la dictadura castrista mediante la Oficina del Historiador de La Habana, destaca
como logro, el traslado de las paradas de ómnibus del lugar. ¡Tremenda hazaña!
Fuentes: EcuRed, Wikipedia y el portal
Güije.com.
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