Es mucha la coincidencia entre estos difuntos capos, el general panameño Manuel Antonio Noriega y el pandillero Fidel Castro, ambos terroristas acusados de traficar drogas, el primero mal discípulo del segundo, por no celebrar a tiempo un bufonesco juicio para fusilar a unos cuantos generales, (y sanseacabó), hubiera evitado su condena en vida. El segundo, capo de tutti capi, como dice el dicho, nunca enseñó todo su librito, pero como buen perro “huevero” legó y no precisamente en sus ilegibles memorias, las mañas y vicios de como romper “ese bloqueo” que tanto atormenta a “su pueblo”. Panamá no por gusto ha sido la caja de Pandora que resuena en las dictaduras de izquierda, recordemos cuando la pantomima del enjuiciamiento al general Ochoa y los de La Guardia, las cuentas fantasmas ligadas a los paraísos fiscales, el tráfico de trastos de armas hacia Corea, y ahora los redobles retumban con la confiscación de más de un millar de kilogramos de cocaína, que por arte de magia “Cuba nada tiene que ver con eso”. Hay que ser muy incauto para no darse cuenta. Y “ojo” con el pichón de Evo Morales, a cada rato lanza un “bluff” * que desarticuló tal o más cual banda de tráfico de cocaína hacia Cuba. Recuerden que al descendiente de Huayna Capac, le gustaba mascar la hoja de coca, y en un santiamén ahora es capaz de exportar carne vacuna para Cuba.
* Bluff: Una táctica en el juego de
poker.
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