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miércoles, 10 de julio de 2019

La vagancia es la vía del empobrecimiento.


Mi muy ilustrado amigo Gerard Sanfourche, ripostando tu discrepancia, si yo fuera francés como tú, no dudaría en mantener el mismo criterio tuyo sobre Carlos Marx, como cuando lo hacen los extranjeros al visitar a Cuba, que aplauden la pobreza, pero no la viven. Sobre Marx estaríamos escribiendo días enteros, pero el tan reducido espacio no lo permite ni para mí tampoco lo merece. Releí mi escrito y no veo por ningún lado, que Carlos era pobre, porque vago no significa ser pobre, una persona puede heredar fortunas y no haber trabajado nunca. Lo que ser vago es una vía de vivir en la pobreza, mira para mi Cuba como está. Pobre tampoco era el origen de los Castro. Ahora, si tú hubieras sido cubano como yo, y desde que tuvieras uso de razón te “embutieran”, en vez de cucharadas de papilla, esa doctrina filosófica tergiversada, manipulada y combinada con el leninismo, tomándola como arma ideológica, día, tarde y noche hasta la adultez y vejez para muchos, donde masticar un chicle, creer en Dios, tomar Coca cola, vestir a la moda que tu vestiste (acusado de “elvipresliano” por un dictador), escuchar la música con la que tu creciste, leer las revistas que leíste, simplemente pensar diferente a ellos, etc, etc, etc, y te acusaran de “diversionismo” ideológico, ser homosexual, como a la generación que precedió a la mía, y te metieran en la UMAP (tipo de campos de concentración para trabajo forzado, ya hablaremos de ella), entonces, seguro estoy que no verías al científico Marx y a su filosofía con los buenos ojos del francés. Cuando Marx murió, nuestro Martí expresó, “Karl Marx estudió los modos de asentar al mundo sobre nuevas bases, y despertó a los dormidos, y les enseñó el modo de echar a tierra los puntales rotos. Pero anduvo de prisa, y un tanto en la sombra, sin ver que no nacen viables, ni de seno de pueblo en la historia, ni de seno de mujer en el hogar, los hijos que no han tenido gestación natural y laboriosa”(1). Y para que mi “inepcia” no se haga mayor, que de tantos significados agarro el menos ofensivo, viniendo de ti, te invito a que leas “El derecho a la pereza”, escrito por uno que fue cubano como yo, francés como tú, me refiero a Pablo Lafargue quien terminó casándose con la hija menor de Carlos Marx el más grande teórico social del siglo XIX, pero en la práctica una mierda.


(1) José Martí. La Nación, Buenos Aires, 13 de mayo de 1883.

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