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miércoles, 7 de agosto de 2019

Los rebeldes Mau Mau, de la Sierra Maestra.


A los malhechores en la Sierra Maestra que seguían al pandillero Fidel Castro, el pueblo de Cuba los conocía por Mau Mau, que para ese entonces era un grupo rebelde sublevado en Kenia, donde secuestraron hoy en día a dos médicos cubanos. Ya hablamos sobre las atrocidades y el terrorismo que sembró el Movimiento 26 de julio en las ciudades cubanas. ¡Sólo en La Habana, cien bombas en una noche! ¿Por qué no creer lo que tanto trabajo nos cuesta en aceptar? Una fuente me contó y pidió que escribiera sobre la barbarie de los Mau Mau. Ya había leído que Crescencio Pérez, quien salvó la vida de los sobrevivientes del Granma, se escondía en la Sierra Maestra prófugo de la justicia, acusado de asesinato y hacía tiempo era el dueño del monopolio de la producción y venta de marihuana (1). Cuando los campesinos no querían colaborar con los Mau Mau, Fidel disponía de una compañía que se vestía de casquitos (soldados batistianos) y atacaba a los guajiros, raptándolos, violando a sus mujeres e hijas, decomisando sus animales domésticos y apoderándose de cualquier medio de transporte, pero al oscurecer o amanecer, aparecían “los rebeldes salvadores” y a fuego de salva “liberaban” a los campesinos, de los “violadores y asesinos casquitos”. Así los Mau Mau sembraron el terror y el odio hacia el ejercito de Batista, a lo largo de la Sierra Maestra. Y a aquellos guajiros recalcitrantes que no querían cooperar, simplemente los fusilaban, como fue el caso de Eutimio Guerra, muerto por el Che Guevara. En la foto marcada con el No. 2, “La Prensa Asociada recogió, uno de los crímenes más monstruosos del fidelismo triunfante. Setenta y un cubanos anticomunistas, "juzgados" en secreto, sin abogados que los defendieran y sin apenas conocer los cargos que se les formulaban como pretexto, fueron llevados ante una enorme fosa abierta a toda prisa con bulldozers cerca de la ciudad de Santiago de Cuba. Allí fueron cayendo uno tras otro bajo el plomo que brotaba de la metralleta que esgrimía, lleno de odio y sediento de sangre, el deshumanizado Raúl Castro. Sucedió exactamente el lunes 5 de enero de 1959. Pocas veces holló la tierra un monstruo mayor. Pero ¿fueron realmente 71 las víctimas de aquella matanza? Un "capitán" rebelde que presenció el horrendo crimen aseguró, tiempo después, que pasaron del centenar, como exceden de varias centenas los campesinos asesinados que yacen en ignoradas sepulturas en la Sierra Maestra, muda testigo de las fechorías del "Movimiento 26 de Julio", disfraz bajo el cual se ocultaba el comunismo brutal”. (2) ¿Por qué creer en lo que dicen ellos y no en lo que dicen los demás?
(1) Una de las historias más ocultas de la dictadura. Cubanet. Portal de la Internet.
(2) Paradojas de Fulgencio Batista. Ediciones Botas-México. Pág. 39

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