¿Quienes las conocen?, ¿se han vuelto
fantasmas o clandestinas?, ¿quienes las presiden?, o como dice María Elvira
Salazar, ¿están fatigadas?. Es inconcebible como en Cuba y fuera de Cuba se conozca
más a la UMPACU, las Damas de Blanco, FANTU, sus líderes José Daniel Ferrer,
Berta Soler y Guillermo “Coco” Fariñas, por sólo citar ejemplos, que cualquier
organización tradicional del exilio, incluyendo la otrora famosa Fundación
Nacional Cubana Americana. De existir, ¿qué hacen?, ¿a qué se dedican? Fue
penoso cómo arrestaron a casi todos los miembros de la UMPACU, en los días de
los girasoles. También fue penoso cómo eran criticados desde el exilio, pero
más vergonzoso, y repudiable, fue ver el poder de convocatoria del grupo Gente
de Zona reuniendo trescientos mil personas en el malecón habanero para mostrar
al mundo “una Cuba divertida”, y la mayoría del “exilio” lamentándose o
criticando y sólo un grupo de “atrevidos” reunidos en la ermita de la Caridad
de Miami, quizás en plena reconciliación, porque más de eso, nada se sabe.
Ya no son tiempos de guerra ni terrorismo, Estados Unidos mantiene relaciones
diplomáticas con Cuba, hay “intercambio cultural”. Y me pregunto, ¿acaso Gente
de Zona, apoyado por quienes lo apoyan, sea quien sea, (incluyendo su propio
dinero) pueda tener más poder de convocatoria que las organizaciones del
exilio? Si estas organizaciones de verdad existieran, ¿por qué cuando Gente de
Zona, o cualquier otra concentración en Cuba, no convocan flotillas de botes
(yates), cientos, miles, y tantas flotillas de avionetas cargadas con paquetes
de comida y apoyadas con drones convencionales (los que venden en las tiendas),
y dejarlos caer en cualquier punto del malecón?, ¿o convocar aquellos
“balseros” que día a día salen a pescar para que recojan sus cuotas de comida?,
¿cómo lo verá el mundo? Ya para los cubanos no hay espacio aéreo, ni límites
marítimos porque no estamos en guerra, y el agua y el aire es para cualquier
cubano, viva donde viva, y al igual que el “intercambio cultural”, podemos
alegrar a nuestras familias hambrientas llevando comida, girasoles, incluso
hasta música y músicos que están prohibidos en Cuba, no hace falta desembarcar
ni lanzar octavillas, y estoy seguro que no constituiría un delito, ¿por qué a
Bahamas? Si Bahamas se recuperará dentro de un par de años y Cuba lleva 60 años
destruida. No creo que la dictadura castrista se atreva a hundir algún bote o
derribar otra avioneta, cuando este exilio tiene más poder de tecnología, teléfonos,
redes sociales, cámaras, emisoras de Tv, radio, que la dictadura cubana. ¿Por qué
no contrarrestar su “proselitismo” socialista, al llevar médicos a las Bahamas,
o quitarle lo poco a nuestro pueblo para hacer “donaciones”, cuando todos sabemos que esa dictadura se mantiene de lo que mendiga por el mundo? Si esas
organizaciones existen déjense de tantos foros y pongan los pies sobre la
tierra, un sólo anciano octogenario lo demostró en Costa Rica, actualícense, porque los tiempos han cambiado y están
desaprovechándolos.
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