La invasión norteamericana a Granada fue
para el pandillero Fidel, el tiro salido por la culata. En Cuba por lo menos no
había Internet y teníamos que soportar la avalancha de mentiras a que nos tenía
acostumbrado. En nuestro país han existido “varios canales de comunicación” para
informar al pueblo: los primeros, la prensa, radio y tv oficialistas cargados de
mentiras y sensacionalismos patrioteros, y otros, dirigidos a la militancia
juvenil y a la partidista, donde el terrorista de Fidel creía se guardaba el mejor “secreto de
los héroes” de la patria y el Estado, y lo hacía, me imagino que todavía lo
hacen, a través de los materiales de estudios (Un periódico más grande que el
oficialista Granma) en los círculos de ambas militancias, donde tampoco filtraban
toda la verdad, sino parte de ella, la que les convenía. La verdadera nada más,
el grupo cercano que lo rodeaba. En ese tiempo, las noticias para todo el
pueblo, era la “invasión mercenaria y asesina del imperialismo yanqui a la
pequeña isla de Granada” (pobrecitos), y donde el Comandante en Jefe había
impartido órdenes “contundentes y precisas” para que los constructores y
combatientes tomaran las armas y protegieran el aeropuerto internacional Point
Salinas, con sus vidas. Que nuestros “héroes internacionalistas”, ya habían
obstaculizado la pista (por cierto casi más grande que la isla) y tenían
órdenes de La Habana para que dispararan a los paracaidistas y no los dejaran
aterrizar, y se recibían noticias que la “lucha era cruenta” y los “valerosos
obreros” con las armas en las manos morían antes de caer prisionero y se reconcentraban
en grupos y el último grupo prefirió inmolarse en la bandera cubana antes caer
prisionero en manos de los invasores imperialistas. Y después el recibimiento
al héroe coronel Pedro Tortoló, que según Fidel, “hijo de Mariana Grajales”
hasta compararlo con el lugarteniente Antonio Maceo, pero unos día más tarde ya
circulaba un vídeo, entre la militancia, donde el secretario del PCC en Granada,
herido y en silla de ruedas, lo desmentía todo. Alguien pagaría la infamia. El general
Raúl Castro, después de degradar al “Antonio Maceo” y para desviar la atención,
acudieron a su diabólica maquinaria “goebbelsiana” y corrió la bola “Compre
Popis (Tenis) Tortoló para correr veloz” y el populacho como siempre se iba con
la de trapo estigmatizando a un hombre que con su servilismo prefirió que lo
mandaran a Angola, en vez de disentir y contar la verdad, aunque lo fusilaran.
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