Luis Ignacio Lula da Silva de
sindicalista a Presidente de la República del Brasil y de ahí prisionero por
corrupción. No piensen los cubanos de la isla, que los sindicatos de allá, son
iguales a los capitalistas de América Latina. En Cuba realmente no existen los
sindicatos, nada resuelven, nada defienden, son sólo una organización parásita que
responde al partido y sirve de vocera para “movilizar a las masas laborales”, y
todas las “cuotas sindicales” paran a manos del estado. En los tiempos del
sindicalista cubano Jesús Menéndez, había racismo, sin embargo el negro vestía
más elegante que cualquier artista farandulero de la época y es que los
sindicalistas, siempre comunistas, actúan como sindicatos del crimen. Los
sindicatos movilizan grandes masas de trabajadores y por ello reciben enormes cantidades
de dinero, proveniente de las cuotas obligadas a los infelices trabajadores “bajo
la cobertura de defenderlos”, o de los chantajes y sobornos a los dueños de
compañías, amenazándolos con huelgas a cambio de prebendas, o altas sumas de
dinero. En México Rafael Gutiérrez*, lideró por más de 20 años a los “pepenadores”
o “recicladores” de los inmensos basureros de la capital, convirtiéndose en el
“Zar de la basura” por ser uno de los hombres más ricos del país azteca, su
fortuna lo llevó a altos cargos políticos y hubiera llegado a presidente sino
se le hubiera descubierto tamaña corrupción**, al igual que Luis Ignacio “Lula”
da Silva quien la ley lo condenó a presidio por la misma causa. No por
casualidad todos son comunistas, y ahora la dictadura castrista realiza una
campaña de recolección de firmas al desinformado pueblo cubano para liberar a
uno de los hombres más corruptos de América Latina.
* Llegó a senador de la República y murió
trágicamente.
** Artículo publicado en el diario
digital El País, por José Comas. México, 24 de marzo de 1987
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