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viernes, 18 de octubre de 2019

Murió el cisne que nadaba en cualquier lago.


Alicia Alonso bailó en función única para el Mayor General Fulgencio Batista, reconociendo la legitimidad de su segundo gobierno, la noche del 25 de febrero de 1955, en el Teatro Auditorium (hoy Amadeo Roldán)*. Dos días antes, un petardo del terrorista Movimiento 26 de julio, liderado por el funesto Fidel Castro, asesinó en Santiago de Cuba a Antonio Taulé, dejando herida a su nieta de 15 años Emilita Tabares**. La muerte del cisne, sólo ha dejado en mi memoria la garabateada firma para fusilar a tres jóvenes Lorenzo Copello, Bárbaro Sevilla y Jorge L. Macías que buscaban la libertad en el año 2003. Una “artista” menos, que con su rúbrica rompió los corazones de tres madres cubanas, las que en estos momentos imagino entre lágrimas, recordando las ausencias de sus hijos.

Bibliografía.
*  Masoneríaliteraria.com
** Diario de la Marina, 23 de febrero de 1955.

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