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sábado, 14 de diciembre de 2019

La homosexualidad tema recurrente en la familia tarada de Abel Prieto Jiménez.


“¡Cuidado!, eso empieza temprano. La familia y el ámbito. Un regreso difícil. Lo importante es cómo evitar que se produzca el homosexual”. Estos son algunos tópicos desarrollados en el artículo titulado “HOMOSEXUALISMO” escrito por el señor Abel Prieto Morales, padre del “cibersijú” Abel Prieto Jiménez, aquel que fue Ministro de Cultura de Cuba y ahora involuciona como director de Casa de las Américas, y convertido en el tuitero mejor financiado por la dictadura castrista al dedicar tiempo completo a criticar los sucesos del mundo, mientras la techumbre de su choza le cae sobre las “greñas”, como le calificó un tuitero. No hace mucho en uno de mis escritos me preguntaba si se drogaba o era un estúpido por las sandeces que escribía, pero hace 21 horas, me di cuenta que la tara era familiar, cuando tuitió  sobre “Los gays que no podían ser militares en el Reino Unido hasta el año 2000. Y que un miembro de la Marina británica recibió una medalla por su trayectoria y buena conducta. Se la confiscaron en 1993 cuando fue sometido a una corte marcial y dado de baja por homosexual”. Abelito, el hijo idiota parece que no recordaba el comienzo del escrito de su padre: “Hace unas semanas, un joven (homosexual) desmovilizado del Servicio Militar Obligatorio vino a nuestras oficinas para quejarse de que había sido rechazado por la Comisión Provincial Investigadora como aspirante a profesor de secundaria básica...” Aseguro que si Abelito no recordaba el principio, tampoco recordaba el final de la página 109, donde el tuitero que le envió estas dos páginas le recomendaba leer los dos últimos párrafos del artículo de su padre, donde se confirma la tara familiar. Por su importancia los reproduzco. “Pero sí es necesario llevar a cabo una profilaxis tanto social como familiar. En cuanto a la profilaxis familiar, los psicólogos, psiquiatras y educadores están de acuerdo en que es muy simple: Qué el padre se comporte como tal y la madre tenga dentro del hogar el lugar que le corresponde. Por muy ocupados que estén ambos, siempre deben de ofrecerle un ámbito de equilibrio emocional que evite toda posible desviación de los instintos. En el caso de la mujer sola, ya sea divorciada, viuda o abandonada, si se despoja de todo rencor o actúa con inteligencia, no hay peligro alguno para propiciar el germen de la homosexualidad. Claro está no es un problema sencillo. Es una cuestión compleja que requiere a veces tantas consideraciones como casos particulares puedan existir. En cuanto a la profilaxis externa, ya es necesario considerar una gran tarea social. En efecto, los adultos homosexuales son numerosos, y están en todos los medios, y en todas las profesiones; muchos son a la vez heterosexuales y homosexuales. El hecho no se reduce a reconocerlos ni a desconocerlo, sino a evitar que sean factores de contagio. Para ello lo recomendable es básicamente, procurar que no sean conductores de juventudes y tengan el menor contacto posible con la niñez que surge. Y no es cuestión de fraccionarse entre los que comprenden el fenómeno y los que no lo comprenden. El problema hay que comprenderlo... pero nunca desde un punto de vista interesado. Y agrego, ¡menos mal que el padre no vio a su hijo como Ministro de cultura!, le hubiera dado un infarto.
Bibliografía.
 “Panorama de la Ciencia. Homosexualismo” Abel Prieto Morales. Revista Bohemia, OCTUBRE 1969, pp 109, 113.

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