“¡Cuidado!, eso empieza temprano. La familia y
el ámbito. Un regreso difícil. Lo importante es cómo evitar que se produzca el
homosexual”. Estos son algunos tópicos desarrollados en el artículo titulado
“HOMOSEXUALISMO” escrito por el señor Abel Prieto Morales, padre del
“cibersijú” Abel Prieto Jiménez, aquel que fue Ministro de Cultura de Cuba y
ahora involuciona como director de Casa de las Américas, y convertido en el
tuitero mejor financiado por la dictadura castrista al dedicar tiempo completo
a criticar los sucesos del mundo, mientras la techumbre de su choza le cae
sobre las “greñas”, como le calificó un tuitero. No hace mucho en uno de mis
escritos me preguntaba si se drogaba o era un estúpido por las sandeces que
escribía, pero hace 21 horas, me di cuenta que la tara era familiar, cuando
tuitió sobre “Los gays que no podían ser militares en el Reino Unido
hasta el año 2000. Y que un miembro de la Marina británica recibió una medalla
por su trayectoria y buena conducta. Se la confiscaron en 1993 cuando fue
sometido a una corte marcial y dado de baja por homosexual”. Abelito, el hijo
idiota parece que no recordaba el comienzo del escrito de su padre: “Hace unas
semanas, un joven (homosexual) desmovilizado del Servicio Militar Obligatorio
vino a nuestras oficinas para quejarse de que había sido rechazado por la
Comisión Provincial Investigadora como aspirante a profesor de secundaria
básica...” Aseguro que si Abelito no recordaba el principio, tampoco recordaba
el final de la página 109, donde el tuitero que le envió estas dos páginas le
recomendaba leer los dos últimos párrafos del artículo de su padre, donde se
confirma la tara familiar. Por su importancia los reproduzco. “Pero sí es
necesario llevar a cabo una profilaxis tanto social como familiar. En cuanto a
la profilaxis familiar, los psicólogos, psiquiatras y educadores están de
acuerdo en que es muy simple: Qué el padre se comporte como tal y la madre
tenga dentro del hogar el lugar que le corresponde. Por muy ocupados que estén
ambos, siempre deben de ofrecerle un ámbito de equilibrio emocional que evite
toda posible desviación de los instintos. En el caso de la mujer sola, ya sea
divorciada, viuda o abandonada, si se despoja de todo rencor o actúa con
inteligencia, no hay peligro alguno para propiciar el germen de la
homosexualidad. Claro está no es un problema sencillo. Es una cuestión compleja
que requiere a veces tantas consideraciones como casos particulares puedan
existir. En cuanto a la profilaxis externa, ya es necesario considerar una gran
tarea social. En efecto, los adultos homosexuales son numerosos, y están en
todos los medios, y en todas las profesiones; muchos son a la vez
heterosexuales y homosexuales. El hecho no se reduce a reconocerlos ni a
desconocerlo, sino a evitar que sean factores de contagio. Para ello lo
recomendable es básicamente, procurar que no sean conductores de juventudes y
tengan el menor contacto posible con la niñez que surge. Y no es cuestión de
fraccionarse entre los que comprenden el fenómeno y los que no lo comprenden.
El problema hay que comprenderlo... pero nunca desde un punto de vista
interesado. Y agrego, ¡menos mal que el padre no vio a su hijo como Ministro de
cultura!, le hubiera dado un infarto.
Bibliografía.
“Panorama de la Ciencia. Homosexualismo” Abel
Prieto Morales. Revista Bohemia, OCTUBRE 1969, pp 109, 113.
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