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sábado, 12 de enero de 2019

La corneta china



Autor. Ivo Basterrechea Sosa.

Hace algún tiempo que vengo leyendo varios artículos de Santiago de Cuba, sobre el origen de la corneta china y el debate, si realmente es china o cubana, y terminan haciéndola santiaguera porque según ellos es símbolo peculiar de las congas carnavalescas. En tiempos de la colonia las dotaciones de las fincas de la  Isla de Cuba, se sintieron diezmadas por los constantes azotes del cólera llamado morbo asiático, a esto se sumaba la prohibición legal de la trata negrera y por tales motivos en la Habana se creó la Junta de Fomento, que creyó encontrar en los asiáticos a una raza fuerte capaz de resistir los rigores de un clima húmedo y ardiente para suplir la falta de mano de obra. En 1847, por primera vez la fragata Oquendo, trajo a nuestra tierra a 206 colonos asiáticos y la Dupec of Argile a 365. Ya para el 7 de febrero de 1853, las expediciones se disputaban el protagonismo por traer más braceros, entre las que se encontraban, los señores Villoldo, Wardrop y Compañía, las de Torices, Duperry, Pereda, La Alianza, Troncoso, Montalvo, Lombillo, etc, (1). Los traían de Manila, “Annoy” (?)*, Cantón, Macao y Whampoa, ya para 1873 habían entrado a Cuba 120 353 asiáticos (2). Estos colonos también conocidos por culíes fueron tratados como esclavos igual que a los negros y se unían a estos para celebrar el Día de Reyes, desfilando en sus cabildos y comparsas por las calles de la Habana. En aquellos tiempos la corneta además de ser el instrumento, también se le decía a la persona que la tocaba en el ejército español. El corneta hacía uso del clarín que era más pequeño y sonido más agudo, muy utilizado por los mambises, recordemos que aparece en la letra de nuestro himno, y además la frase famosísima para los cubanos “Corneta toque a degüello” y lo que tocaba era el clarín. Por eso creemos que la corneta china es una combinación de un extremo de corneta o clarín, un tramo de ácana, ébano o hueso a imitación de la flauta y la perilla elaborada de hueso o carey u otro material, que los chinos habaneros empleaban el Día de Reyes. Las comparsas de la Habana estaban formadas por congos (de ahí las famosas congas), mandingas, carabalí, arará, chinos, etc, con nombres como El gavilán, Los Congos libres, El alacrán chiquito, La culebra, El pájaro lindo, Congos de Chávez, Chinos de Venecia, etc, (3). La corneta china fue primero habanera y hoy en día cubana cien por ciento.

(1) Diario de la Marina. Artículo de El Marqués de San Miguel. 20 de abril de 1870.
(2) La prostitución en la Ciudad de la Habana. Benjamín de Céspedes. Habana 1888. Pág.  196-198
(3) Fernando Ortiz. Hampa Afro-cubana. Los negros brujos. Madrid 1908.
* Quizás Hanói, capital de Vietnam.
Nota: El vocablo clarín viene de claro. En tiempos de la colonia se usaba mucho la palabra clarinada de clarear el día, y a toque de clarín daban el de pie a las tropas.

viernes, 11 de enero de 2019

La palabra chicharrón.



Autor. Ivo Basterrechea Sosa.

Tal parecía que entre los vecinos y mi familia del barrio, competían para ver quien hacía el chicharrón de viento más grande. Y sí, los hacían grande, en un caldero lo movían constantemente con una paleta de buena madera dura, pero todos se quedaron chiquito, cuando en México, específicamente en Acapulco, vi a los chicharroneros hacer chicharrones de viento, aunque no lo llamen así, tampoco sin enroscar en caracol, como los de mi pueblo, sino estirados como una sábana lisa y vaya que son grandes, más o menos como un pañal de los que usan los niños. Además lo hacen meneándolo sin parar con dos palos. Todo indica que la palabra es castellana ciento por ciento. Que en Cuba, además de ser el residuo de las pellas del cerdo, después de derretida la manteca, era el nombre de un sinnúmero de árboles maderables, que ni vale la pena mencionar. También significa adulón y delator. Fernando Ortiz en su Catauro de cubanismo nos cuenta una curiosa historia sobre el chicharronero de los años veinte del siglo pasado. Hoy día no existen en Cuba puestos exclusivos de chicharrones. Los chinos con sus puestos de frutas y freidurías de pescado, bollos, etc., han abolido al chicharronero. Aún hoy, empero, se pregonan chicharrones, por vendedores ambulantes, junto con bollitos, tamales con pica y sin pica. En España la venta de chicharrones fue común en los siglos XVI y XVII. Hasta se imprimió un entremés anónimo llamado Los chicharrones (cita de Cotarelo), en el cual, atendiendo a que los moros no comen carne de cerdo, se dice graciosamente:
"Chicharrones vendo, niñas,
manjar de cristianos viejos,
que sólo la gente limpia
es la que come los puercos."
Y en México, a parte de comerlo crujiente, también lo comen en salsa roja elaborada con jitomate y chile serrano, en salsa verde con tomate verde y el mismo tipo de chile. Y aquí nomás mis chicharrones truenan. Aquí mando yo (locución que expresa como fanfarronada quien comete abusos), según Guido Gómez de Silva, en su Diccionario de mexicanismos.

domingo, 6 de enero de 2019

¿Qué bolá asere?


¿Qué bolá asere?, o ¿asere que bolá? No sé cuantos años llevo investigando esta frase o saludo entre los jóvenes cubanos de ayer y de hoy. Es un saludo netamente habanero. Pichardo desde 1836 le daba el significado de bola al hecho de estar o meterse en bola, mezclarse o tomar parte en alguna diversión o negocio de otros, amén de significar mentira, noticia falsa o dudosa. Todavía en la segunda mitad del siglo XIX, todo baile que no fuera de salón era llamado baile de la gentualla o de la chusmería. El calesero (uno de los negros o mulatos que corrió con mejor suerte) jugó un papel fundamental en la evolución de esta frase porque era quien transportaba a los jóvenes blancos hacia los diferentes bailes o fiestas que se celebraban en las casas de la Habana. Y mientras los amos se divertían, ellos formaban rumbantela con el tiple (1), o la cuarta de cuero labrado (2), que percutían sobre el pesebrón del quitrín (3), e intercambiaban información sobre la próxima bola, es decir la próxima fiesta o convite. La mayoría de estos caleseros eran negros criollos acurrados o ñáñigos afiliados a las potencias abacuá, donde se originó la voz asere de la Lengua efik. “Yo saludo en  lengua”, lenguaje que era un bodrio de vocablos chapurreados que desfiguraron, pero a la misma vez enriquecieron el castellano. “¿Qué bolá asere?, o ¿asere que bolá? Y para terminar los dejo con un pasaje de la época a la cual me refiero“Desde las siete de la noche, ocupaba ya el zaguán de la casa (4), la orquesta (5), cuyos timbales resonaban a intervalos, a manera de aviso preventivo; haciendo que se agolpara la gente en la calle, ávida de participar de algún modo de la bola que allí estaba armada” (6).

(1) El tiple era una guitarra pequeña de voces muy agudas.
(2) La cuarta era la fusta que azotaba una de las cuatro partes en que se dividía al cuadrúpedo, en este caso el caballo.
(3) Quitrín, el carruaje netamente cubano que sustituyó a la calesa, sin importar que al cochero se le siguiera llamando calesero.
(4) Zaguán, la cochera cubierta dentro de las casas para guardar el carruaje, está inmediato a la puerta de la calle. Hoy conocido también como garaje.
(5) La orquesta en ese tiempo fundamentalmente la constituían los negros y mulatos.
(6) Cuadros de Costumbres cubanas. Francisco de Paula Gelabert. Habana 1875. Pág 32.