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sábado, 30 de marzo de 2019

Agua, Caminos y Escuelas I. Gerardo Machado.



No creo que en la historia de la humanidad existiera un presidente que de verdad haya cumplido con su lema de campaña. “Agua, camino y escuela”.
Quizás a partir de algún establo o corral boyero (para bueyes), perteneciente a uno de los tantos ranchos apartados de la ciudad de la Habana, quedara nombrado el caserío de Rancho Boyeros y por decreto Real, se oficializara el 9 de junio de 1878*.
En tiempos de la república en honor al General mambí, Rancho Boyeros se llamó Gerardo Machado, el hombre que más hizo por Cuba, el presidente más honrado, hasta su caída en 1933, donde los comunistas bautizaron al poblado con el nombre de otro General mambí, Francisco Peraza Delgado, por su rebeldía antimachadista, pero con el tiempo volvió a adoptar su primitivo nombre, hasta que en la actualidad, los castristas lo llaman solo, Boyeros.
A partir de las fincas, doña Juana y Santa Rita, ambas de la propiedad del General Machado, creó el reparto residencial “Lutgardita” en honor a su madre Lutgarda Morales.
“En 1928  se inicia la parcelación de 87 manzanas en los terrenos segregados de la Finca en una superficie de 658 833,90 metros cuadrados. Según consta en escritura de 30 de abril de 1929 “el propósito de la  creación de este reparto fue el de convertir a Rancho Boyeros en una pequeña ciudad industrial con esa proyección se crearon fábricas de pintura, aceite, envases, gomas, calzado, etc...”. “El reparto se inauguró oficialmente el 6 de enero de 1929, con la entrega de las primeras casas, la escuela, estación de ferrocarril y la oficina de correo”. (1)
“La progresión industrial y consecuentemente el crecimiento demográfico estuvo acompañado de  la aparición de numerosos comercios: bodegas, tiendas mixtas, fondas, café-cantina, mercados, un restaurante, barbería, tiendas de tejidos, farmacias y dos fábricas de tabaco. Se realizaron también varias obras de interés social, entre ellas: la Escuela Técnico Industrial, la Rosalía Abreu; el Parque Nacional de Exposiciones (actual Feria Agropecuaria); el hospital “Lila Hidalgo”(hoy Leonor Pérez), el Centro Escolar (hoy América Latina), una Iglesia denominada Santa Ludgarda, el Club Industrial, (actual Centro de Arte); el hermoso Parque Lutgardita, hoy víctima de afectaciones arquitectónicas y patrimoniales, Oficina de Correo y un cine-teatro que fue considerado en su tiempo el más bello de la Isla”. (2)
Y todavía el Bobo de la Yuca, Díaz Canel, quiere celebrar los 500 años de la ciudad de La Habana, no entiendo hasta donde llega su cinismo, si lo único que han hecho es dejarla destruir.

Bibliografía.
* Esta fecha es tomada del portal Historia de mi Cuba. http://bernaberna.simplesite.com/420770042.
(1) RANCHO BOYEROS. Autor Prof. Eduardo Milián Bernal. Historiador.
(2) RANCHO BOYEROS. Autor Prof. Eduardo Milián Bernal. Historiador.

jueves, 28 de marzo de 2019

Julio Antonio Mella, perfecto y descarado saboteador de los ideales comunistas.


Su vida llena de mentiras y misterios, al igual que su muerte. Ni siquiera se llamaba Julio Antonio Mella, su verdadero nombre era Nicanor Mac Partland. Uno de los fundadores del Partido Comunista de Cuba, en 1925. Sus obsesiones políticas, lo llevaron a combatir la dictadura del Presidente Gerardo Machado (1924-1933). Así los mismos comunistas avalaron a uno de los terroristas más connotados de la historia cubana. Este joven estuvo involucrado en la explosión de una bomba en la puerta del Teatro Payret de La Habana. Fue expulsado de la Universidad y encarcelado donde mantuvo una huelga de hambre. “La huelga trajo duras consecuencias al joven. El Partido cursó un proceso interno en su contra acusándole de “indisciplina, insubordinación, oportunismo táctico, nexos con la burguesía y falta de sentimiento de solidaridad”, siendo finalmente expulsado”.
            “En enero de 1926, Mella embarcó en el Puerto de La Habana con destino hacia Honduras donde fue deportado a Guatemala y de allí derivado a la capital mexicana a principios del mes de febrero de 1926”. (1)
            El Partido Comunista de Cuba, en este sentido, escribió a Rafael Carrillo una misiva donde se refería a Mella como un “perfecto y descarado saboteador de los ideales comunistas, a quien le tenéis que negar toda relación, y mucho menos ofrecerle tareas como si aún fuera acreedor a servir los ideales a los cuales ha renegado en Cuba vergonzosamente [...] oír a un P. antes que la opinión de un líder extraviado que no descansa en sabotear, por infinitos medios, nuestra heroica labor”. (2)
            El deseo de Mella por tratar de derribar a Gerardo Machado en Cuba es bloqueado por Moscú. (3)
            Julio Antonio Mella fue asesinado la noche del 10 de enero de 1929 en la esquina de Abraham González con la calle Morelos, de dos tiros de revólver calibre 38. (4) (que por cierto era el tipo de arma que Vittorio Vidali usualmente portaba): la primera bala atravesó el codo izquierdo y el intestino, la segunda perforó un pulmón. El juez Alfredo Pino Cámara interroga a Tina Modotti y «la sorprende en varias contradicciones»(5)
            Tina Modotti en 1941, pocos meses antes de su muerte, le dijo a Jesús Hernández, que fue ministro del gobierno republicano español:
« Vittorio Vidali *... no es más que un asesino, y me arrastró a un crimen monstruoso. Lo odio con toda mi alma. Pero estoy obligada a seguirlo hasta el final. Hasta la muerte...» (6)​
                  De Tina Modotti dijo Celia Hart: «...no le perdono que teniendo la fina sensibilidad de una artista y habiendo sido amada por el hombre más bello, inteligente y revolucionario de su tiempo, se hubiese ligado al oscuro Vidali. Pero Mella y no Vidali es el que está fresco y más vivo que nunca. Vidali permanecerá helado y siempre con mal olor...»(7) Celia Hart no descartó que el crimen de Mella haya sido cometido por los estalinistas. (8)

* Vittorio Vidali (Muggia, Trieste, 1900-1983), también conocido como Comandante Carlos, en el contexto de la Guerra Española, como mando del Quinto Regimiento, fue un político y militante comunista italiano. Hay historiadores que consideran que Vidali participó en el asesinato de Mella junto a Tina Modotti, con la que tuvo un romance. Fuente: Wikipedia.

(1) Americanía. Revista de Estudios Latinoamericanos. Nueva Época (Sevilla), n. 5, p. 436-462, ene-jun, 2017. Artículo “JULIO ANTONIO MELLA, EL CRIMEN DEL IMPERIALISMO” María de las Nieves Rodríguez Méndez. Universidad Nacional Autónoma de México.
(2) Carta remitida por el Partido Comunista Cubano a Rafael Carrillo (La Habana, 23 de marzo, 1926), RGASPI, f. 23.
(3) Poniatowska señala haber hallado en el Hoover Institute, dos cartas de Rafael Carrillo donde «le pone a Mella su buena criticada». Véase: La Jornada, 18 de agosto de 1996.
(4) Cuba: ¿Un complot internacional de mentirosos?
(5) Elena Garro, Memorias de España 1937, Siglo XXI Editores, México, 1992, pág. 86.
(6) Jesús Hernández, Yo fui ministro de Stalin, Editorial América, México, 1953.
(7) Celia Hart «¡Julio Antonio!..."Hasta después de muerto"...», jueves, 19 de enero de 2006.
(8) Conferencia dictada el 30 de junio de 2005 en el museo Trotsky de la Ciudad de México.

martes, 26 de marzo de 2019

Los escarmientos de Fidel Castro


Guillermo Isaías Sardiñas Menéndez, el cura con sotana verde olivo, fumador de puros, comandante y capellán del Ejército Rebelde, ¿a cuántos prisioneros “rebeldes” bendijo ante el pelotón de fusilamiento?
“El 20 de agosto de 1958, día en el que Fidel leyó en Radio Rebelde un parte largo donde recapitulaba todas las batallas desde el 29 de junio en Santo Domingo (Meriño, el Jigüe, el segundo combate de Santo Domingo, Las Vegas, Las Mercedes), a mí me sucedió un hecho que me impresionó sobremanera. Tenía un ayudante, un campesinito muy valiente, diecisiete años, pero que cometió la falta de sustraer de una mochila una lata de leche condensada y tres tabacos.”
“A ese niño le condenaron a muerte. No obstante, primero se mandó el resultado del juicio a la comandancia donde estaba Fidel para que decidiera. Y Fidel fríamente dijo: «Hay que fusilarlo para dar un escarmiento».” (...) “Pero entonces lo amarraron a un árbol, mientras que ese señor William Gálvez sádicamente iba haciendo los preparativos para el fusilamiento, como si de una fiesta se tratara; ” (...) “Hice lo mismo que Camilo, me aparté para no ver aquello, me fui detrás de una casa y me tapé los oídos para tampoco oír la descarga. Muchos compañeros hicieron lo mismo que Camilo y que yo, y ellos también siempre recordaron con mucha tristeza lo que fue verdaderamente un crimen.” (1)

(1) Memorias de un soldado cubano. “Benigno” Dariel Alarcón Ramírez. FÁBULA TUSQUETS EDITORES. 1996. Pág. 39, 42.