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sábado, 15 de junio de 2019

Origen del escudo cubano.




Autor: Ivo Basterrechea Sosa.
El señor Jesús Sobero Cuellar nos remite a un interesante artículo titulado “Venecia y el origen de la bandera y el escudo cubanos”, que apareció bajo la firma de José Antonio Soto, en el Nuevo Herald. No hace mucho, escribí sobre el escudo cubano. Aprovecho para aclarar algunos conceptos sobre el artículo de Soto. Miguel Teurbe Tolón, era ciudadano americano por haber nacido en la antigua Panzacola, aquí en la Florida y no en la ciudad de Matanzas como lo asegura la prensa oficialista castro-comunista, y Soto se hace eco o lo ignoraba.
Cuando un ingeniero idea un proyecto, y un dibujante lo diseña en el papel, el proyecto es del ingeniero. Cuando un jefe le pasa un informe a una secretaria para mecanografiar, el informe es del jefe. Narciso López le transmitió sus proyectos a Tolón para que los dibujara, el creador del proyecto del escudo y la bandera, es Narciso López. ¿Qué pasa con el General López?, ¿porqué tanta negación hacia su persona y obra? Uno de los más grandes escritores cubano, pero ambivalente en su proceder lo fue José Antonio Saco, una vez escribía en contra de España, en otras lo hacía a favor, escribió en contra de la esclavitud, y poseía esclavos, una vez escribió a favor de la anexión, luego junto al gobierno español demonizó al general Narciso acusándolo de anexionista, hasta terminar casándose con su aristócrata viuda. En cuanto al artículo en cuestión, también quiero aclarar, que el primer diseño de un sello más que escudo cubano, no tenía el gorro frigio, y sí más elementos norteamericanos, que venecianos. Cuando nuestro escudo apareció por vez primera con el mencionado gorro, fue cuando lo aprobó la Asamblea de Guáimaro, quizás inspirados sus miembros en el escudo que aparece en la “scala dei giganti” (escalera de los gigantes) del Palacio Ducal de Venecia, pero ya Narciso y Tolón, habían muerto hacía varios años. También en otro escrito aclaré que Narciso López, según Cirilo Villaverde, su secretario de guerra, no era anexionista, y lo creo porque el que menos motivos tenía para serlo era él, por ser perseguido y condenado por el propio gobierno de los Estados Unidos, después del fracaso de la invasión a Cárdenas, e incluso delatados sus planes de la segunda invasión por Pinar del Río. El venezolano Narciso llegó a ocupar el segundo puesto más elevado del ejército español, pero también del ejército español fue capitán el dominicano Máximo Gómez, quien luchó junto a las fuerzas españolas en la Guerra de Anexión de los Dominicos (1861–1865).
Entonces, ¿Porqué la dictadura castro-comunista se empeña en ignorar a Narciso López?, pues como bien dice el artículo de Soto, “Se ha documentado que López luchó contra el libertador Simón Bolivar”.

jueves, 13 de junio de 2019

¿Eran anexionistas nuestros próceres del 68?


Juan Felipe Benemelis, sí eran anexionistas, totalmente de acuerdo contigo. Antes que temerle al águila, odiemos al lobo que nos devora, lo demás es vivir del cuento de un loco y un borracho, que manipularon la historia a su conveniencia.
 “La Cámara recibió una petición suscrita por un gran número de ciudadanos para que manifestase a la Gran República los vivos deseos que animan a nuestro pueblo de ver colocada a esta isla entre los estados de la Federación Norteamericana. La Cámara, por unanimidad, hizo suya la petición, y el Presidente de la República (Carlos Manuel de Céspedes) sancionó el acuerdo” (1). Parafraseando a José Antonio Saco, el prócer más controvertido de los pensadores cubanos, diría. “Si un día Cuba quedara libre de la dictadura castrista me gustaría disfrutarla de una existencia independiente; y si posible fuera, tan aislada en lo político como lo está en la Naturaleza. Pero, si arrastrada por las circunstancias, tuviera que volver arrojarse en brazos extraños, en ninguno podría caer con honor ni más gloria que en los Estados Unidos de América. Aquí encontraría paz y consuelo, fuerza y protección, justicia y libertad, y apoyándose sobre tan sólidas bases, en breve exhibiría al mundo el portentoso espectáculo de un pueblo, que del más profundo abatimiento se levanta y pasa con la velocidad del relámpago al más alto punto de grandeza”(2). Y para aquel que tenga dudas, compare el desarrollo de la Florida con cualquier ex-colonia de España, a Luisiana con las de Francia; California y Nuevo México, con el más desarrollado estado mexicano, y Alaska con cualquier república ex-soviética. Recordemos cuando el castrismo comunista luchaba a diente partido por la independencia de Puerto Rico, en un referéndum los boricuas rechazaron tal “independencia”, y más nunca el gobierno cubano volvió hablar de Puerto Rico. Recordemos también la prosperidad de la mismísima Cuba en cualquiera de sus etapas mientras mantuvo relaciones con la mayor potencia del mundo. Aquí va una pequeña relación de algunos próceres que anhelaban la anexión. Felix Varela, quien nos enseñó a pensar, enterrado en La Florida. José de la Luz y Caballero, José María Heredia, Carlos Manuel de Céspedes, Juan Clemente Zenea, Ignacio Agramonte, José Joaquín Palma, Rafael María de Mendive, Gaspar Alonso Betancourt y Cisneros (El Lugareño), etc, etc, etc. (3)

Bibliografía.
(1) Los mambises del 68 también eran anexionistas. Orlando Freire Santana. Licenciado en economía, ensayista y escritor. 28 de junio de 2017. Cubanet.com
(2) La anexión de Cuba a los Estados Unidos. Juan Bellido de Luna. New York 1888. Pág, 23 y 24
(3) Ver la lista completa en La anexión de Cuba a los Estados Unidos. Juan Bellido de Luna. New York 1888. Pág, 24 y 25.
Nota:
Recomiendo la lectura de Nuestros próceres y el anexionismo. Enrique Del Risco Arocha, licenciado de Historia y Doctorado en Literatura Latinoamericana. Internet.

martes, 11 de junio de 2019

Cuba y Puerto Rico son del águila las dos alas.

A nuestro rebaño lo adoctrinaron para temer al águila, y quedar a merced del lobo de la hoz y el martillo, que lo diezma y devora lentamente, cada segundo, cada minuto, cada día, y cada año*. Sesenta años odiando al águila, sin sentir las dentelladas del lobo. ¿Quién no ha escuchado los versos de la boricua Lola Rodríguez de Tió, “Cuba y Puerto Rico son de un pájaro las dos alas”?, y todos sabemos, que además de ser caribeños, nos identifica el parecido de las banderas. La bandera de Puerto Rico fue creada el 11 de junio de 1892, cuarenta y tres años después de la cubana, incluso en el seno del Partido Revolucionario Cubano, dirigido por Martí, aquí en los Estados Unidos de América, pero son pocos los que se preguntan, ¿Cuál es el pájaro que unió esas dos alas? El águila, es la verdadera respuesta, gústele a quien le guste o cáigale mal a quien le caiga. La propaganda marxista-castrista se ha encargado de ajustar entre esas dos alas desde un tomeguín, un tocororo, hasta la paloma como símbolo universal de la paz, para manipular la imagen de lo pequeño ante lo grande. La concebida referencia del David contra Goliat, como si fueran tan devotos bíblicos. El huracán María desplumó el ala boricua, y sus jóvenes por miles acudieron al águila, por ser ciudadanos de este país. Ya verán a Puerto Rico renovar sus plumas. La otra ala continuará herida, mientras el lobo la muerda creyendo que son las plumas de una paloma. 

 * Bueno fuera que por temor al águila dejásemos nuestros rebaños a merced del lobo que los diezma y devora. Esto lo dijo hace 165 años Francisco de Frías, Conde de Pozos Dulces; y por acuerdo de la Junta sólo lo firmó su Presidente. 

Bibliografía: Iniciadores y primeros mártires de la revolución cubana. Dr. Vidal Morales y Morales. Jefe de los archivos de la Isla de Cuba, Habana, 1901. Pág. 592.  

Fuente: Wikipedia.

lunes, 10 de junio de 2019

domingo, 9 de junio de 2019

La bandera cubana, inspirada en la norteamericana.


Nuestra bandera lleva la esencia del pueblo norteamericano. Nada que ver con las banderas comunistas de china ni la soviética, ni tampoco con la idiosincrasia e ideología de esos pueblos. Remontándonos al día de su concepción, continúa Villaverde en su carta “En tal virtud, se decidió que las fajas (Franjas) no fuesen rojas; tampoco que fuesen blancas en campo azul, porque según observó López que, como militar tenía una gran experiencia, a larga distancia desaparece el color blanco”. Se trazaron horizontalmente tres franjas azules en campo blanco símbolo de la pureza de las intenciones de los republicanos independientes, que representaban “los departamentos oriental, otra del mismo ancho en el centro en representación del Camagüey y las Cinco Villas o tierra adentro, y una tercera franja en el borde inferior representando el departamento occidental”. “¿Qué hacer con el color rojo? Sólo dos formas cabían para presentarlo convenientemente, a saber: el cuadrado y el cuadrilongo, según se acostumbraba en los pabellones nacionales. López, que era francmasón, optó por el triángulo equilátero, figura geométrica más fuerte y significativa”. ¿No pedía la heráldica que se colocara en el centro el ojo de la Providencia?*. Alguien de los presentes, se cree que Hernández, sugirió la idea que López combatió con razones de gran peso; recordó la estrella de la bandera primitiva de Texas, y decidió que en el centro del triángulo sólo correspondía poner la estrella de Cuba levantándose sobre un campo de sangre para presidir en la lucha y alumbrar el camino trabajoso y obscuro de la libertad e independencia de la patria aherrojada”. Y fue aquí en los Estados Unidos, donde nuestra bandera ondeó por primera vez el 11 de mayo de 1850**.

*Ojo de la Providencia: Un símbolo interpretado como la vigilancia y providencia de Dios sobre la humanidad.

**En lo alto de la oficina del periódico Sun, situada en la entonces esquina, que forma la intersección de la calle Fulton con la  de Nassau, donde ahora se halla la oficina del Commercial Advertiser.
Bibliografía: Iniciadores y primeros mártires de la revolución cubana. Dr. Vidal Morales y Morales. Jefe de los archivos de la Isla de Cuba, Habana, 1901. Pág. 260 y 261
Nuestra bandera: Carta de Cirilo Villaverde dirigida al Director de “La Revolución de Cuba”. Nueva York, Febrero 12, 1873.

La bandera cubana se concibió en los Estados Unidos de América.


En estos días se cumple el 170 aniversario de nuestra bandera cubana que se ideó y diseñó en una casa de huéspedes, ubicada en la calle Warren, entre Church y Collene Place, Nueva York, Estados Unidos de América, en los primeros días de junio de 1849. “La concepción de nuestra gloriosa bandera fue exclusiva del ilustre Narciso López, la ejecución del plan se debió al buen poeta y entusiasta patriota Miguel Teurbe Tolón”, así lo dejaba plasmado Cirilo Villaverde, en carta fechada el 12 de febrero de 1873. Una viñeta, grabada en el periódico La Verdad, que representaba la Isla de Cuba, tras de cuyas costas septentrionales asomaba el benigno sol de la libertad, llamó la atención de Narciso, quien ya se ocupaba en construir una bandera, antes de llegar Tolón al país del Norte. Ya existía un “rudo boceto” de una bandera, entre los documentos abandonados en su precipitada salida de los valles de Manicaragua en Cuba. Villaverde que fue el secretario de guarra del general Narciso, describe el tal boceto, “era muy sencillo, pues se componía de los colores republicanos, combinados en tres fajas (Franjas) horizontales, azul, blanca y roja; imitación lejana de la famosa bandera de Colombia”. Ya Narciso familiarizado con el pabellón americano, modificó su plan primitivo de bandera cubana, por lo cual, sentado a la mesa cuadrilonga, en la sala del fondo del segundo piso junto con Manuel Hernández*, le dijo a Miguel Teurbe, más o menos así: -“Vamos, señor dibujante, trácenos usted su idea de bandera libre de Cuba. Mi idea, agregó tomando un lápiz de manos de Tolón, era ésta, cuando me hallaba en las minas de Manicaragua”. Pero añadió enseguida “que debía imitarse en cuanto se pudiera el pabellón americano, porque en su concepto era el más bello de las naciones modernas”. ¿Vendrá de ahí, el odio acérrimo castrista hacia Narciso López, y la bandera norteamericana?

* Manuel Hernández emigrado y patriota cubano.
Bibliografía:
Iniciadores y primeros mártires de la revolución cubana. Dr. Vidal Morales y Morales. Jefe de los archivos de la Isla de Cuba, Habana, 1901. Pág. 260 y 261.
Nuestra bandera: Carta de Cirilo Villaverde dirigida al Director de “La Revolución de Cuba”. Nueva York, Febrero 12, 1873.