Por. Ivo Basterrechea Sosa.
“Si el Martí del Parque Central de pronto
empezara a agitar los brazos y a predicar otra revolución, pondrían el mármol
con toda su pureza frente al paredón de fusilamiento” (1). Y es en esa
inmaculada imagen, bajo ese manto sagrado de pureza y santificación, que 135
jóvenes se inmolaron al atacar la segunda fortaleza militar del país, arrastrados
“por la gracia divina” del psicópata Fidel Castro. No es que Martí fuera el
culpable de su derrota, es que Martí no era ni es un santo. Inmortal es su
obra, honradez y patriotismo, su pensamiento político y visionario, tergiversados
por algunos, manipulados por otros, y en mayor desgracia varios “autotitulados”
martianos que apenas conocen su obra, dedicados sólo a “sacar” ideas de un
contexto, desconociendo que muchas de ellas son más bíblicas que martianas, “porque
lo dice Martí, está exento de toda crítica, y no debe discutirse con los mismos
métodos que empleamos con cualquier otro "mortal" ¿En qué criterio
científico se funda ese absurdo privilegio (2). En “Martí hay una tragedia
real, espantosa, atroz, que tiene consecuencias políticas no menos atroces” (3).
Tal parece que con la misma manguera que lavan el mármol de Martí, los comunistas
lavaron el cerebro a uno de los más grandes de ellos en la historia cubana,
Juan Marinello, después de publicar su artículo “Martí y Lenin” donde (él quiso
ser, según confesión propia, “abogado de humildes” y “echar su suerte con los
pobres de la tierra”. Sus caminos le fueron traidores. Fue sin saberlo y sin
quererlo, abogado de los poderosos. Hasta en lo concreto de su obra vemos al
negociante yanqui encendiendo su fuego evangélico para ganar, por su obra, en
la República futura, un buen mercado a sus productos, para caer sobre la presa
isleña con la capacidad técnica y financiera de su pueblo invasor” (4). Y Marinello no
dejaba tener razón, porque Martí no era comunista [1], ha sido precisamente a ellos, a los que les conviene la “santificación” y “veneración” de esa imagen pulcra de su estatua porque mucho han tenido que esconder. Martí bajo el seudónimo de Orestes, en
México, criticó las huelgas y medio defendió a otras por puros intereses
personales, y es que “luego de desembarcar, había declarado en el (Manifest of
Passengers) que era ciudadano de los Estados Unidos de América (5).
Continuará...
Bibliografía.
[1] Del Martí no comunista trataremos en
nuestro próximo escrito.
(1) https://diariodecuba.com/cuba/1422402521_12562.html
Entrevista realizada por el escritor Gerardo Fernández Fe. Miami, 28 de enero
del 2015, a Francisco Morán, Martí, la justicia infinita. Notas sobre ética y
otredad en la escritura martiana (1875-1894) (Verbum, Madrid, 2014).
(2) El pensamiento filosófico de José
Martí. Ángel César Pinto Albiol. La Habana 1946. Pág. 55
(3) https://diariodecuba.com/cuba/1422402521_12562.html
Entrevista realizada por el escritor Gerardo Fernández Fe. Miami, 28 de enero
del 2015, a Francisco Morán, Martí, la justicia infinita. Notas sobre ética y
otredad en la escritura martiana (1875-1894) (Verbum, Madrid, 2014).
(4) "Martí y Lenin," de Juan
Marinello Jorge Camacho. http://www.habanaelegante.com/Archivo_Marti/Marti_CamachoMarinello.html
(5)
https://diariodecuba.com/cuba/1422402521_12562.html Entrevista realizada por el
escritor Gerardo Fernández Fe. Miami, 28 de enero del 2015, a Francisco Morán,
Martí, la justicia infinita. Notas sobre ética y otredad en la escritura
martiana (1875-1894) (Verbum, Madrid, 2014).
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