No solo el general venezolano Narciso López, preparó la invasión a Cárdenas el 19 de mayo de 1850, ya desde antes había una Junta cubana en Nueva York, que organizaba y lideraba un gran número de cubanos exiliados en Nueva Jersey, Nueva Orleans, y Cuba, que hacían hasta lo imposible por liberarla de España, pero la gran mayoría carecía de instrucción militar, porque el cubano no era dado a las armas, la metrópoli siempre se encargó de que el cubano viera a los hombres de las armas como al pirata enemigo (filibustero). Ejemplo de ello José “Pepe” Antonio Gómez Bullones, regidor y alcalde guanabacoense, que con bravura extraordinaria se lanzó a pelear al frente de un grupo de milicianos fieles súbditos a la corona española en contra de una potencia extranjera, Inglaterra*, defendiendo los intereses de España, ¿acaso España no era otra potencia extranjera?, una potencia que cegó a los cubanos para que sólo vieran como soldado, al colonialista español, el mismo que les negaba sus derechos. Y esos cubanos también fueron masones, que pusieron sus bienes a disposición de la patria, los que hicieron colectas con bonos sellados con la imagen del considerado primer escudo cubano, por eso simbolizó elementos cubanos y estadounidenses, para sensibilizar al pueblo norteamericano en la recaudación de fondos, convenciendo y contratando a los militares veteranos que quedaron desempleados de la Guerra de México, fueron esos mismos cubanos los que también crearon la bandera cubana, los primeros en izarla en suelo patrio, con la única intensión de independizar a Cuba de España, costara lo que costara. La cruda propaganda española fue la que etiquetó durante toda la historiografía y politiquería cubana de “anexionistas, separatistas y filibusteros”, pero quien desde esos mismos momentos no los vio así, sería Carlos Manuel de Céspedes y del Castillo, (más tarde el Padre de la Patria), al “haber expuesto la indignación que le causara el banquete con que el gobernador de Bayamo, Don Toribio Gómez Rojo, celebró en 1851 la ejecución de Narciso López, fue preso por primera vez. Conducido a Palma Soriano, permaneció desterrado allí por cuarenta días, en compañía de su tío materno Lucas del Castillo, y de su primo el popular poeta José Fornaris y Luque”. (1).
* Toma de la Habana por los ingleses.
(1). - De Céspedes y Quesada, Carlos Manuel (Hijo del Padre de la Patria). Manuel de Quesada y Loynaz. Academia de la Historia. Habana. 1925. Pág. 14
Bibliografía consultada:
- Memorias y recolección de documentos para la historia de la ridícula invasión. Imprenta del Faro Nacional. La Habana. Año 1850.
- Colección de los partes y otros documentos publicados en la Gaceta Oficial de La Habana, referentes a la invasión de la gavilla de piratas capitaneada por el traidor Narciso López. Imprenta del Gobierno y Capitanía general por S.M. Año 1851.
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