Es increíble la manía pedigüeña de Fidel Castro, quien exactamente el 1 de marzo de 1959 a tres meses de tomar el poder, ya pedía al pueblo sacrificio, y su contribución en dinero para fomentar la libertad económica a través de la Reforma Agraria. Sin tomar en cuenta que a solo unos meses, en 1958, “Cuba disponía para su alimentación diaria de 2,682 calorías, el tercer lugar de América Latina, y sus promedios de salarios fueron los más altos (en dólar) con: $, 6.00 para el sector industrial y $ 3.00 para el sector agrícola (1)”: “Esperamos tu contribución”, era el titular de aquella campaña de mendicidad que sembró en la mentalidad de un pueblo trabajador y honrado. Los cubanos tenían que enviar “todos los cheques o giros a nombre de Fidel Castro”, a la revista Bohemia, dirigida por Miguel Ángel Quevedo, el que se suicidó en Caracas en el año 1969, después de confesar una gran culpabilidad por haber manipulado a los lectores de la revista en favor de la toma del poder por su Comandante en Jefe. Y la campaña comenzaba con la carta a su “Querido Miguel” donde mostraba el mayor cinismo al escribirle “Como cada cual da lo que puede, yo le envío el primer sueldo (ver los cheques) que percibo del Estado: mis haberes como Primer Ministro desde que tomé posesión el mes pasado. Con los próximos podré cubrir el pequeño déficit que esto ocasione en mis escasos gastos con rebaja de sueldo y todo… Cuando se trabaja mucho se gasta poco. Le doy las gracias a Bohemia y los organizadores de tan patriótico esfuerzo por el honor y la prueba de confianza al hacerme depositario de esos fondos. Los invertiremos en tractores, arados y maquinaria agrícola de todo tipo, para hacer una verdadera Reforma Agraria Y CONVERTIR NUESTRA AGRICULTURA EN LA PRIMERA Y MÁS AVANZADA DEL MUNDO. Sobre esa base la industria cubana se desarrollará vertiginosamente y en TRES AÑOS no habrá UN SOLO DESEMPLEADO EN NUESTRA PATRIA. Todo es posible sobre UNA TIERRA TAN FERTIL Y CON UN PUEBLO TAN INTELIGENTE Y GENEROSO como el nuestro. Fraternalmente. Fidel Castro R. Un mes más tarde ese dinero se despilfarraba en los “fanfarreados” viajes por los Estados Unidos y América Latina, sin compasión ni misericordia hacia un pueblo “INTELIGENTE Y GENEROSO” que continúa apostando a los planes económicos futuros que lo sacarán de la eterna miseria.
(1). - Fulgencio Batista. Paradojas. Ediciones Botas – México. Págs. 23 y 24
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