A solicitud de mi buen amigo el doctor Antonio Eguía y a las inquietudes de otras amistades, intento complacer con este “complemento” de la Historia sobre el hallazgo de la Virgen del Cobre. Alonso de Ojeda, el navegante, gobernador y uno de los más valientes conquistadores, luego de un naufragio a la altura de Jagua en Sancti Spirítus, cargaba una imagen de la Virgen María que llevaba consigo desde la primera vez que se embarcó a América en 1493 e hizo una promesa, que le dedicaría un templo en el primer poblado indígena que encontrara en su camino y los recibiera con buenas intenciones. Poco después, con una docena de hombres, llegó a la comarca de Cueiba, donde el cacique Cacicaná trató amablemente y cuidó a Ojeda y a los suyos hasta la recuperación. Ojeda cumplió su promesa y levantó una pequeña ermita de la Virgen en el poblado, ermita que sería venerada por los aborígenes de la comarca. Se cree que la Virgen encontrada en la Bahía de Nipe por los “tres Juanes”, era la Virgen de Ojeda.
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