Bernis Sanders el hombre más peligroso del mundo. Dicho así parecería una frase rimbombante y desgraciadamente no lo es. Hay jóvenes que se preguntan, y otros no tan jóvenes que lo ignoran o se hacen los idiotas, el porqué si el capitalismo en Cuba era tan bueno lo derrotaron, lo tumbaron. Lo que podría pasar hoy en Estados Unidos, es el calco de lo que pasó en Cuba antes de 1959. Me atrevo en tan poco espacio dar una somera idea del origen de las consecuencias. Todo por causa de la inmigración descontrolada, contra la que igualmente lucha en la actualidad el presidente Donald Trump. Según el censo efectuado por la Intervención norteamericana en Cuba, octubre de 1899, existía en el país un total de 1 572 797 personas; de ellas 129 240 eran naturales de España con residencia en la Isla (1). Y ya para el año 1933, habían 227 104 españoles (2). La inmensa mayoría llegó con ganas de prosperar y muchos lo lograron, (dedicando parte de su fortuna a la desestabilización del país), como los (soldados, y familias) quedados a vivir en Cuba, que junto a los miles y miles de criollos pertenecientes a los Cuerpos de Voluntarios, nunca abandonaron la revancha, el odio ni la sed de venganza, contra cualquier gobierno que oliera a manigua, desde el 20 de mayo de 1902, de Tomás Estrada Palma hasta el 10 de octubre de 1940, cuando gobernó el último mambí, el coronel Federico Laredo Brú, siendo el punto culminante el inmigrante de origen español, nacido en Barcelona, que llegó a la presidencia de Cuba, aunque fuera por poco tiempo, José Agripino Barnet y Vinageras, desde el 13 de diciembre de 1935 al 20 de mayo de 1936. El mismo odio a la manigua lo fue durante la República, hacia la nación norteamericana, culpándola por el apoyo a los cubanos en la derrota del colonialismo español, en sus tres siglos de gobierno. A través de ese odio, la Internacional Comunista (reitero mucho la imagen) filtrándose como tinta en el tejido, forma su primera célula en 1923, en el gobierno de Alfredo Zayas, llamada Agrupación Comunista de la Habana (3), oficializándose en la fundación del Partido Comunista en 1925, durante los primeros días de la presidencia del general mambí Gerardo Machado. Apoyaba esa ideología, la inmigración judía (que venían luchando en contra del fascismo que tomaba fuerzas en Europa), adoctrinando fundamentalmente a la juventud cubana universitaria de que el comunismo era la panacea de todas las crisis (algo parecido a lo de Sanders), logrando la malnacida revolución del 33, destacando en ella figuras comunistas, como el ciudadano americano Antonio Guiteras Holmes, nacido en Bala Cynwyd Pensilvania, el puertorriqueño Pablo de la Torriente Brau, etc, teniendo su máximo deslumbramiento en la Guerra civil española, donde bajo la orientación del Partido Comunista cubano participaron aproximadamente mil combatientes en las Brigadas Internacionales. Este mismo partido creció en tamaño e influencia con un control clave sobre los sindicatos y otras organizaciones de apoyo. Una alianza con las fuerzas de Fulgencio Batista llevó a la legalización de la Confederación de Trabajadores Cubanos (CTC) liderada por los comunistas, el diario del partido Hoy, y el propio partido, entonces conocido como Unión Revolucionaria Comunista. La alianza continuó en las elecciones a la Asamblea Constituyente de 1939 en las que los comunistas eligieron a seis delegados, encabezados por Blas Roca y Juan Marinello. La resultante Constitución cubana de 1940, con Blas Roca cumpliría 12 años en la legislatura, como uno de los firmantes, encarnando muchas disposiciones progresistas y socialistas. En las siguientes elecciones presidenciales, los comunistas apoyaron la candidatura de Fulgencio Batista Zaldívar como parte de su Coalición Democrática Socialista. Años más tarde, cuando Batista acusó a los revolucionarios de Fidel Castro de ser liderados por los comunistas, Castro le recordó a los lectores de la revista Bohemia que Batista había sido respaldado por los comunistas en 1940 y que los ex miembros del partido estaban sirviendo en el gobierno de Batista. Durante la Segunda Guerra Mundial, dos comunistas sirvieron en el gabinete de tiempo de guerra de Fulgencio Batista, como ministros sin cartera, Carlos Rafael Rodríguez (padre del Canciller Bruno Rodríguez), y Juan Marinello, quienes luego servirían en altos cargos bajo Fidel Castro. Los comunistas llegaron a operar legalmente la estación de radio popular, Radio Mil Diez, y la membresía era de decenas de miles. "En verdad, había pocas personalidades creativas en Cuba desde 1930 que no estuvieran en la izquierda o en la extrema izquierda" (Fidel: A Critical Portrait, 1986, p 131). Cuando en 1952, Fulgencio Batista da el golpe de Estado, violentando la Constitución del 40, un hombre llamado Fidel Castro, más violento que él, un año más tarde ataca la segunda fortaleza militar del país, y con promesas fantasiosas izquierdistas, logra el poder convirtiendo a uno de los países más prósperos de América, en uno de los más arruinados del mundo. Igual de peligroso es Bernis Sanders, encantando con sus promesas a esa marea juvenil, que no tiene ni la más remota idea de lo que es una Dictadura Socialista.
Referencias.
Wikipedia.
1.- Fuente: Departamento de Guerra, Oficina del director del Censo de Cuba, Informe sobre el censo de Cuba, 1899, Washington, Imprenta del Gobierno, 1900, p. 238.
2.- Fuente: J. M. Álvarez de Acevedo, La Colonia española en la economía cubana, en Revista de la Cámara Oficial Española de Comercio, Editora Ucar, García y Cia., Habana, 1936, p. 30.
3.- República de Cuba. Policía Secreta Nacional. Relación de extranjeros y cubanos que se dedican a la propagación del comunismo.