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viernes, 1 de julio de 2022

¿Qué sabes de La Habana colonial de José Martí? La Muralla. (Parte II)

El cinturón de buena cantería de la muralla que cercaba a la población hacia el puerto, hoy La Habana Vieja, recorría casi los cinco kilómetros de piedras con una anchura promedio de un metro y medio de espesor, y una altura de diez impidiendo la visibilidad hacia la parte de extramuros, además, “separado por un regular foso de unos diecisiete metros de ancho sobre unos cuatro de profundidad (1), y un competente terraplén de la ciudad nueva, conocida en la actualidad como Centro Habana. En los baluartes existían “garitones” que abrigaban a los centinelas y a las tropas de jinetes de artillería que en diferentes momentos salían de recorrido a medida que crecía la nueva ciudad. En otro tiempo la muralla solo tenía dos puertas, la primera en la parte norte que salía al Castillo de La Punta, buscando el Paseo de los Uveros (por la cantidad de uvas caletas) convertida más tarde en la calzada de San Lázaro, paralela al litoral habanero, debiendo su nombre al hospital de los leprosos, y servía de camino a los presidiarios de la Real Cárcel, en su momento como José Martí, en ida hacia las Canteras de La Habana, luego de pasar por la Casa de Beneficencia, donde ahora está el Hospital Clínico Quirúrgico Hermanos Ameijeiras, y el desaparecido Cementerio de Espada. La segunda puerta conocida como de la Muralla y luego como la Puerta de Tierra, ya para los tiempos de Martí poseía una salida viniendo desde la calle Ricla o Muralla con puente levadizo que en la parte exterior tenía un escudo de España y de La Habana, y otra puerta agregada y contigua, también con una lápida de un león rapante, sobre un globo de relieve y el lema: “A solis ortu us ad occassum” indicando que estaban abiertas durante el día. Y en efecto, desde principios del siglo XIX se cerraban a las ocho de la noche, y ya para 1842 a las diez u once de la noche, impidiendo la entrada al venir de la Calzada de Monte hacia la calle Sol. Ambas con rastrillo interior y exterior, guardando mucha proporción y semejanza en la altura y disposición de sus frontispicios y alojamientos para los oficiales y tropas que las guarnecían. Luego sin mantener el orden se abrieron, la Puerta de Colón, la del Arsenal o de la Tenaza, (cerrada en 1771 por rivalidades entre el Capitán General y el General de Marina, abriéndose en el lugar la Puerta Nueva del Arsenal. La puerta de la Luz desaparecida al terminarse los muelles, y las puertas de Monserrate con salida por la calle que lleva el nombre del general español Alejandro O`Reilly, y con entrada por la puerta de la calle Obispo. Continuará…/
Fuente.
1.- Memorias sobre topografía médica de la Habana. Marcial Dupierris. La Habana. Imprenta del Aguacate. No. 42. Año 1857.
2.- La Muralla. Los tres historiadores de la isla de cuba. Habana. Año 1876. Pág.94.
3.- Diccionario geográfico, estadístico, histórico de la Isla de Cuba. Jacobo de la Pezuela. Tomo tercero. Madrid. Año 1863.

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