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sábado, 19 de marzo de 2022

La pobreza de Leonor Pérez Cabrera, la madre de José Martí. (Parte V)

Es cierto que los $83. 33 pesos oro americano, no era un gran salario. Sin embargo, algo mayor que el salario de los maestros de La Habana que recibían $75.00 mensuales, $60.00 los de las capitales de provincias, y los $50.00 de los maestros rurales. (1)
En los momentos en que una Asociación de “Señoras y Caballeros” por Martí, luchaba para adquirir y entregar la casa a doña Leonor Pérez, el 24 de febrero de 1899 hacía su entrada en La Habana el Generalísimo Máximo Gómez, entre vítores de una muchedumbre enardecida, que primero lo acompañó al Ayuntamiento en el cual lo recibieron, el Alcalde Perfecto Lacoste, y el general William Ludlow, del Gobierno Interventor norteamericano, quienes le asignaron la Quinta de los Molinos, antigua residencia veraniega de los Capitanes Generales.
Y siete meses después, la prensa habanera publicaba el 17 de septiembre de 1899, la exhumación de los restos del Lugarteniente general Antonio Maceo y de Panchito Gómez Toro, con la presencia del generalísimo Máximo Gómez, el mismo que inauguró el mausoleo en el Cacahual, el 7 de diciembre de 1899.
¿Qué podía sentir la madre de nuestro héroe nacional, al leer aquellas noticias, cuando no tenía la menor idea en qué parte de Cuba se encontraban los restos de su amado hijo? ¿Qué habían hecho por ella su nieto capitán José Francisco Martí que trabajaba en la Aduana de la República, los generales patriotas, y tan amigos, además de Máximo Gómez, Emilio Núñez, Lacret Morlot, Salvador Cisneros Betancourt, Mayía Rodríguez, Manuel Sanguily, Carlos Roloff, etc? ¿Sus queridísimos amigos Fermín Valdés Domínguez, Juan Gualberto Gómez y Gonzalo de Quesada Aróstegui? Continuará…/
Fuente:
1.- Diario de la Marina del lunes 11 de diciembre de 1899. Pág. 4
2.- Cuba los primeros años de independencia. Dr. Rafael Martínez Ortiz. Primera parte. Tercera edición. 1920. Pág. 47.

jueves, 17 de marzo de 2022

La pobreza de Leonor Pérez Cabrera, la madre de José Martí. (Parte IV)

        ¿Era ridícula la cifra de $83.33 pesos oro americano de aquellos tiempos, que el Gobierno Interventor le concedió mensualmente a doña Leonor Pérez, hasta su muerte a la edad de 79 años?
        ¿Qué diríamos de los $75.00 dólares del desglose de los $3 000 000.00 donados por los Estados Unidos, y que recibió una sola vez cada individuo (clase o soldado) del Ejército Libertador por entregar sus armas, convenido entre el Gobernador General norteamericano y Máximo Gómez? (1)
        Tal vez, la cifra era ridícula si la comparamos con los $100 000 pesos en moneda americana que recibió Máximo Gómez antes de morir el 17 de junio de 1905, y la prensa oficialista marxista niega que dejara una fortuna personal, pero la hija Margarita entre 1928 y 1930 adquiriría en Calabazar una mansión de 18 cuartos, y entonces la Gaceta Oficial de la República, en edición extraordinaria publicaba que: Tomás Estrada Palma, Presidente Constitucional de la República de Cuba.
        Hago saber: que el Congreso ha vetado, y yo he sancionado, la siguiente Ley:
        Artículo 1º– El Ejecutivo entregará al general Máximo Gómez de los fondos no afectados del Tesoro Público, la cantidad de cien mil pesos ($100,000) en moneda americana.
        Artículo 2º– Esta Ley surtirá sus efectos inmediatamente de ser publicada en la Gaceta Oficial de la República.
        Por tanto: mando que se cumpla y ejecute la presente Ley en todas sus partes.
        Dada en el Palacio de la Presidencia, en La Habana, a 16 de junio de 1905.
        T. Estrada Palma, y Juan Rius Rivera. Secretario de Hacienda. (2)
        A lo mejor los $83.33 pesos oro americano, eran ridículos si los comparamos a los $30 000 dólares posiblemente gastados en “la pirámide inmensa de coronas” durante el entierro del general Máximo Gómez efectuado a las tres de la tarde del jueves 20 de junio de 1905. (3) Continuará…/

Fuentes:
1.- Civil Orders and Circulars. Headquartes Division of Cuba. John R. Brook. Year 1899. No. 53
2.- Gaceta Oficial de la República de Cuba. 16 de junio de 1905.
3.- Diario de la Marina. Edición de la mañana. 20 de julio de 1905.

lunes, 14 de marzo de 2022

La pobreza de Leonor Pérez Cabrera, la madre de José Martí. (Parte III)

Viendo la hambruna, y la situación espantosa en que quedó el país, el Gobierno Interventor norteamericano, inmediatamente gestionó el suministro de alimentos a través del Departamento de Guerra enviando en total, 5.493.500 raciones cubanas, además de 1.000.000 de raciones gestionadas en los Estados Unidos por el filántropo Mr. Charles W. Gould, que fueron recibidas y distribuidas bajo la dirección de los comandantes generales de los departamentos del ejército.
Un favor a escopetazo. Con cuánta arrogancia y prepotencia el generalísimo Máximo Gómez, criticaba esta labor altruista dirigida principalmente a las víctimas, que no eran pocas, y no a los “incendiarios” de los bandos litigantes. “Hará cosa de ocho días se me presentó en Yaguajay míster Gould, con muchísimo aparato, yo le puse el punto a las íes, y esta es la hora en que este Cuartel General no ha recibido una sola ración de las tantas que diz que venían para el pueblo y las fuerzas”. (1)
Observen como la prensa oficialista de hoy en día manipula la cifra del haber anual de mil pesos oro americano, reduciéndolo con toda la intención en un sueldo de $83.33 mensuales para demostrar la pobreza de doña Leonor Pérez, sin ni siquiera mencionar el tipo de moneda, y menos la palabra oro. ¿Qué obligación tenía el Gobierno Interventor americano, encabezado por el general John R. Brook en concederle trabajo a una anciana de 71 años hasta los 79 en que murió, más allá de un gesto filantrópico? Pues veamos como sucedieron los hechos. (2)
Un mes después, el 24 de febrero de 1899, el Secretario de Agricultura, Comercio y Obras Públicas, el cubano Adolfo Sáenz Yánez, perteneciente al gabinete de John R. Brook del Gobierno Interventor americano, expidió un Decreto que se publicó en la Gaceta de La Habana de ese mismo día en que se consigna lo siguiente: “Habiendo manifestado la señora Lucía Iñiguez viuda, madre del difunto Mayor General Calixto García Iñiguez, que no podía aceptar por su avanzada edad, la plaza de Oficial Tercero de Administración, afecta al Negociado de Industrias y Comercio de esta Secretaría, para la cual fue nombrada con fecha 10 del presente mes, y habiendo solicitado la señora Leonor Pérez viuda de Martí, madre del patriota José Martí, un destino adecuado a sus circunstancias en este Departamento: vengo en dejar sin efecto el nombramiento de la señora Iñiguez y nombrar en su lugar a la señora Pérez viuda de Martí para la indicada plaza, cuyo haber anual es de mil pesos oro americano”. (3)
Este cargo lo desempeña hasta el 30 de junio de 1900, en que se le cesanteó, nombrándosele ese mismo día en otro de igual sueldo y similar categoría en el de Marcas, en la Sección de industria y Comercio, que fue el que desempañó definitivamente hasta su muerte ocurrida en esta capital el 19 de junio de 1907.
Quiere decir, que la madre de Martí estuvo percibiendo mensualmente $83.33 pesos oro americano hasta la edad de 79 años.
Es triste mencionar que en el mes donde fue cesanteada y vuelta a colocar en otra plaza el 30 de junio de 1900, veintiún días antes, el día 9, la madre de Martí había perdido a su hija mayor, con 46 años de edad, Leonor Petrona (La Chata) nacida en la calle Paula No.41, y quince días después, el 14 de julio, perdería con 33 años a María del Carmen (La Valenciana), pero ya el 9 de febrero del mismo año 1900, había muerto con 36 años, Antonia Bruna. Solo le quedaba viva de siete hijas, y un varón, Rita Amelia, la que moriría el 16 de noviembre de 1944, con 82 años. Continuará…/

Fuentes:
1.- Carta de Máximo Gómez a Estrada Palma, desde el Central Narcisa, el 9 de diciembre de 1898. Publicada en el Boletín del Archivo Nacional, La Habana, 1933, t. XXXII, p.96.
2.- EcuRed. https://www.ecured.cu/Leonor_P%C3%A9rez
3.- Revista Bohemia del 1º de febrero de 1953.

La pobreza de Leonor Pérez Cabrera, la madre de José Martí. (Parte II).

Así que la pobreza no solo la sufría doña Leonor Pérez, la madre de nuestro Apóstol, peor la sufrían los campesinos reconcentrados en los pueblos y en las ciudades de las provincias occidentales. Y es que ha sido una política infame culpar solo de la desastrosa situación al general español Valeriano Weyler, amigo de armas del general Máximo Gómez desde mucho antes, cuando ambos siendo capitanes del ejército español comandaban las columnas militares en contra de los rebeldes dominicanos, durante la Guerra de la Restauración de 1863. (1)

Hay que tener en cuenta que la reconcentración de pobladores era parte de una estrategia militar que el Conde de Valmaseda había llevado a cabo durante la guerra de los Diez Años, y no tuvo la misma repercusión que la del 95, sencillamente porque en aquel entonces no coincidió con la devastadora “tea incendiaria”, que solo en un día provocaba cientos de incendios a las plantaciones cañeras y a los ingenios azucareros acabando con la quinta y los mangos, y arrasando hasta la última bodega de un “catalán”. (2)

Además, pesa a favor de Weyler que esa torcida campaña propagandística en su contra, carece de fundamento porque la inmensa mayoría del campesinado en la zona occidental era de origen canario (el genuino guajiro cubano), traída a la Isla a finales del siglo XVIII, y el general español no iba a arremeter en contra de sus conciudadanos, como sí lo hacían los negros con odio y sed de venganza arremetiendo contra todo lo que oliera a España, que a la postre eran los verdaderos mambises, recién liberados de la esclavitud en real decreto allá por el año 1886, los que sin ningún recato enguasimaban a “laborantes” y “pacíficos” atrevidos asistir a los cortes de caña u operar las maquinarias de cualquier ingenio que trabajara para los españoles, por orden del generalísimo Máximo Gómez, “quien solo sabe de negradas a las que ha enseñado a no huir del enemigo a plan de machete”. (3)

Circular. Cuartel General del Ejercito Libertador. - Jurisdicción de Sancti-Spíritus. - noviembre 6 de 1895.- Animado del mismo espíritu de inquebrantable resolución, en defensa de los fueros de la Revolución redentora de este Pueblo de Colonos, vejado y despreciado por España y en armonía con lo dispuesto sobre la materia en Circular de 1º de julio he venido en disponer lo siguiente:
1º.- Serán totalmente destruidos los ingenios, incendiadas sus casas y dependencias de Batey y destruidas sus vías férreas.
2º.- Será considerado traidor a la Patria, el obrero que preste la fuerza de su brazo, a esas fabricas de azúcar, fuentes de recursos que debemos segar al enemigo,
3º.- Todo el que fuere cogido in fraganti o resultase probada su infracción artículo 2º será pasado por las armas. (Los mambises “enguasimaban” ahorcándolos para no gastar balas).

Cúmplase por todos los Jefes de Operaciones del Ejército Libertador, dispuesto a enarbolar triunfante AUN SOBRE ESCOMBROS Y CENIZAS, LA BANDERA DE LA REPÚBLICA DE CUBA. Y así mismo se cumplió. (4)
Continuará…/

Referencias:

1. Compendio de la historia de Santo Domingo, José Gabriel García. Tomo III. Tercera edición. Pág. 482.
2. Mi mando en Cuba. Valeriano Weyler. Tomo Primero. Madrid. 1910. Págs. 9 – 15.
3. Máximo Gómez. Ramón Infiesta. Obra premiada por la Academia de la Historia de Cuba. Año 1937. Pág. 68
4. Mi diario de la guerra desde Baire hasta la intervención americana. Bernabé Boza. General jefe del Estado Mayor del General Máximo Gómez. Habana. 1900. Pág. 43.
https://www.facebook.com/photo.php?fbid=3082343258456798&set=pb.100000434627814.-2207520000..&type=3 

La pobreza de Leonor Pérez Cabrera, la madre de José Martí. (Parte I)

El 1º de enero de 1899, La Habana amaneció hablando inglés. El Mayor General del Ejército de los Estados Unidos, John R. Brooke era designado por el presidente William Mc Kinley, como comandante de la división Cuba.No hay biografía de Leonor Pérez Cabrera, la madre de José Martí, que no concluya sin mencionar el estado de pobreza en los últimos años de su vida, y la prensa oficialista y los biógrafos marxistas van más allá, al culpar de todas esas desgracias a la intervención americana, y al primer presidente de la República don Tomás Estrada Palma, descontextualizando todo, y sin mencionar jamás a Máximo Gómez y su tea incendiaria, si es que acaso hubo un culpable.La primera guerra de independencia de 1868, tuvo como escenarios los campos y las ciudades de la parte oriental del país, las antiguas provincias de Oriente, Camagüey, y Las Villas, mientras la guerra del ´95 fue principalmente en la parte más occidental, donde ardía Matanzas, ardía La Habana y ardía Pinar del Río, las que ostentaban mayor desarrollo económico, entonces echemos un vistazo para conocer, el estado en que se encontraba la economía del país, cuando lo recibió el General norteamericano John R. Brooke.“El país quedaba arrasado. La riqueza pública había sido totalmente destruida, al menos en los campos. Imposible creer que pudiera tamaño estrago repararse en pocos años. Los sitios de labranza y las plantaciones de caña, fuentes principales de la producción, habían desaparecido por completo. Por leguas y por leguas nada se percibía cultivado, y entre el verdor monótono de los herbazales, sólo sobresalían a trechos los restos ahumados de los ingenios y de las casas incendiadas, únicos y mudos testigos de la desolación y del desastre, ni siquiera una choza rompía, con el tinte obscuro de su techumbre de bálago (paja, guano), la igualdad triste del paisaje. Ni una res pastaba en las praderas inmensas; ni apenas un ave cruzaba el espacio, o alteraba con su canto el lúgubre silencio de aquella soledad augusta. La vida animal parecía haberse extinguido por completo. En el furor tremendo de la lucha, todo, absolutamente todo, había sido aniquilado” (1).

Continuará…/

Bibliografía:
1.- Cuba los primeros años de independencia. Dr. Rafael Martínez Ortiz. Primera parte. Tercera edición. 1920. Págs. 18 y 19

La Habana de Martí y sus barrios. El barrio de San Isidro.

Cuando este plano de La Habana se publicó en 1857, ya Martí no vivía en la casa con el No. 41 de la calle Paula, entre Ejido y Picota, quizás estuviera viajando, o viviendo en Valencia, España, pero ahí quedó el barrio bravo de San Isidro.

Como característica los barrios adoptaban generalmente los nombres de las iglesias y conventos. (ver el plano de la ciudad dentro de la muralla de La Habana, hoy Habana Vieja).

La primera división de la ciudad la hizo el capitán general en ese entonces Conde de Ricla, en su bando del 23 de septiembre de 1763, quedando dividida en cuatro Cuarteles, el primero desde la parte sur a la calle Acosta, el segundo comprendía la calle Acosta hasta la calle Amargura, el tercero desde aquí hasta la calle O`Reilly, y el cuarto al límite de la fortaleza La Punta.

En marzo de 1770, el también capitán general Antonio María de Bucarely, en conformidad de lo dispuesto en la Real Cédula del año anterior, publicó una modificación dividiendo la ciudad en dos cuarteles: Uno, el Cuartel de La Punta, y el otro, el Cuartel de Campeche. El primero estaba dividido en los barrios de Dragones, el del Ángel, el de la Estrella y el de Monserrate, en ese orden. Y el Cuartel de Campeche abarcaba los barrios de San Francisco, el de Santa Teresa, el de Paula y el de San Isidro.

Como dato curioso la gente de color llamaba al barrio del Ángel (donde bautizaron a Martí), cuando todavía era cenagoso, como barrio del Cangrejo, por la cantidad de crustáceos. Al barrio de San Agustín, lo llamaban el de la Pluma, (por la pluma de este sabio doctor); al barrio de la Merced, le decían de Campeche, por la cantidad de indios que venían de allá. El barrio del Cristo lo conocían como la Legía por corruptela de la palabra Ejido, además porque en esta iglesia comenzaba el ejido de la ciudad. Al barrio de Monserrate, lo apodaban“ los Doce pares de Francia” (alusivo a los Paladines, del ejército de Carlomagno), el barrio de Santo Domingo, era conocido por el de la Estrella, el de San Juan de Dios como la Granada y a la parte oeste de Belén lo nombraban Curazao.

Eran tantas las riñas y pendencias colectivas entre los barrios, que las patrullas y las rondas las manejaban los alcaldes y regidores, a quienes les faltaba el tiempo. El barrio de Campeche (Belén) se peleaba con el de la Legía (Santo Cristo): el del Cangrejo (el Ángel) se las había nada menos con los Doce Pares de Francia (el Monserrate). La Pluma (San Agustín), las Llagas (San Francisco) y la Estrella (Santo Domingo) eran menos belicosos en cuadrilla, pero más pecadores en cuanto a profesiones, pues por allí comenzó y se ejercitaba el comercio del palo de Campeche para con su agua colorante, color sangre, aumentar el vino.

Los barrios de la Habana Vieja, aún en la actualidad son barrios bravos.

Fuentes:
1.- Plano de La Habana del año 1857.
1.- Diccionario geográfico, estadístico, histórico, de la Isla de Cuba. Jacobo de la Pezuela. Tomo tercero. Año 1863. Pág. 378.
2.- Lo que fuimos y lo que somos. José María de la Torre. Habana. 1857. Págs. 45 – 51.

A la casa de Martí le cambiaron la identidad. (Parte II)

A la casa de Martí le cambiaron la identidad. (Parte II)

No solo al Hotel Martí, edificio de varias plantas, le aumentaron la letra “n” para terminar llamándose Martín, sino que el Historiador de La Habana Emilio Roig de Leuchsenring le “recordaba” al doctor José López Isa, Director General de Cultura del Ministerio de Educación, del gobierno de Batista, cumpliera “su palabra” cuando declaró en la sesión celebrada por la Junta del Patronato el día 4 de enero de 1953, que, "después del 28 se acometería la expropiación de algunos de los edificios colindantes con la casa de Martí". Tal parece que esta exigencia no fue cumplida, hasta el advenimiento de Fidel Castro, para en nombre del Apóstol, intervenir esos, y todos los comercios privados de la isla de Cuba, eliminando hasta el último carrito sandwichero. (1)

La pila bautismal donde se bautizó a Martí nunca regresó a la iglesia del Ángel. Hay que tener en cuenta que el Historiador de la Ciudad, era un ateo aguerrido en contra de la iglesia católica.

Siempre nos enseñaron que la casa de Martí, estaba en la calle Paula, pero muy pocas veces mencionaban las entrecalles Ejido y Picota. Quizás la Liga de la Decencia trató de obviar el triste motivo de esa calle, “que en el ángulo con la de Jesús María se colocaba la picota, una columna de piedra o de fábrica, donde ataban y azotaban a los reos sentenciados, y públicamente exponían las cabezas de los ajusticiados”, y que luego la pasaron a la Plaza Vieja donde estuvo hasta 1836.

Mariano Martí y su cuñado, cuando rentaron la casa de la calle Paula debían conocer el nivel de prostitución en los barrios de La Habana (Intramuros), y fundamentalmente en el barrio de San Isidro, porque precisamente frente al Cuartel de Artillería de Montaña, estaba el edificio de la Casa de Recogidas de mujeres blancas, negras y mulatas, San Juan Nepomuceno, construido sobre solares de la huerta del antiguo Convento de San Isidro.

Muchos años más tarde en el barrio de San Isidro nacería y moriría el proxeneta Alberto Yarini Ponce de León.


Fuentes:
1.- Veinte años de actividades del historiador de la Ciudad de La Habana Emilio Roig de Leuchsenring. 1935 – 1955. Volumen V. 1955. Págs. 74 y 75

2.- Diccionario geográfico, estadístico, histórico, de la Isla de Cuba. Jacobo de la Pezuela. Tomo tercero. Págs. 173 y 174.

3.- Lo que fuimos y lo que somos. José María de la Torre. Habana. 1857.

A la casa de Martí le cambiaron la identidad. (Parte I)

Todas las fotos corresponden a la misma casa primitiva donde “nació” Martí, situada en la calle Paula entre Ejido y Picota. La misma a la que le cambiaron el número 41, que identificaba la casa original, y a finales del siglo XIX lo sustituyó el 102, y después de 1936 cambió al 214, para luego ser el número 314, como se identifica en la actualidad.
Además, le sustituyeron el nombre de la calle Paula por el de Leonor Pérez, y la han manipulado de tal forma que oficialmente ya no pertenece al barrio de San Isidro sino al de San Francisco de Paula.
A la casa primaria le alteraron su aspecto, despojándola de todos sus elementos clasicistas, desde el frontón (“para mostrar sus tejas criollas”), y los “capiteles” que remataban dos “columnas”, hasta las rejas “rameadas” de hierro forjado de sus puertas y balcones (por barandas de madera “más coloniales”). Tan colonial eran las rejas metálicas como las de madera, y a la casa original le hubiera ido mejor con sus aires genuinos, que modificarle su carácter estético, porque de hecho ya estaba en su rincón de años dentro de una ciudad de siglos.
También perdió su entorno, al aplicarle el “saneamiento moral”, según el Historiador de la Ciudad de La Habana, Emilio Roig de Leuchsenring, porque “era una zona de prostitución abierta y pública, que debe ser totalmente adecentada”. Y entonces apeló a la flamante Liga de la Decencia, logrando, que los cafés-bares de los alrededores cerraran sus puertas, mientras la casa estuviera abierta. Además, en plena zafra funcionaban dos posadas, a dos puertas de la casa, con el nombre de “hoteles”, el Hotel Martí, y en frente el Hotel Camagüey. (1)
Arturo R. de Carricarte, en ese entonces director técnico de la casa, al protestar por la ignominia de que el hotel llevara como nombre Martí, logró que el propietario le agregara al apellido la letra “n”, llamándose hotel Martín. (2)
Fuente.
1y 2.- Veinte años de actividades del historiador de la Ciudad de La Habana Emilio Roig de Leuchsenring. 1935 – 1955. Volumen V. 1955. Págs. 74 y 75.

La casa original de Martí.

Esta, y no otra es la verdadera casa, la primera en tener el No. 41 de la calle Paula, ubicada en el barrio de San Isidro, donde vivió Martí sus primeros tres años. En esta casa nacieron, dos de sus siete hermanas: Leonor Petrona, conocida como La Chata, el 29 de julio de 1854, y Mariana Matilde, Ana, que nació el 8 de junio de 1856, y en julio de ese mismo año, la familia se mudó, y Martí nunca más volvería a vivirla.

En 1841 la Orden de los Dominicos fue privada de la posesión de sus bienes, incluida la edificación del Convento de Santo Domingo y unas cuatro casas, entre las que se encontraba la de Martí, como parte del cobro de contribuciones no efectuadas a la Real Hacienda de la Isla de Cuba.

Un año después dicha casa fue traspasada a la Junta de la Moneda y puesta en subasta, resultando propietario el español residente don Sebastián Bonnay, quien, en 1848, por compraventa, la traspasó a su paisano don Juan Matías Cabezas.

La casa fue alquilada mediante pago mensual y adelantado de quince duros oro, a los señores don Mariano de Todos los Santos Martí y Navarro, Sargento Primero del Cuerpo de Artillería de la Real Fortaleza de La Cabaña; y al Primer Teniente de Artillería de la Real Fortaleza de La Cabaña, Juan Martín y Navarro.

Fuente:
1.- Arquitectura. Revista mensual. Órgano oficial del Colegio Nacional de Arquitectos. Julio 1941. Año IX. NUM.96. La Habana – Cuba.
2.- Revista Bohemia 24 de enero de 1926, Págs. 4-5.
3.- Revista Bohemia 1º de febrero de 1953.

La Pila bautismal del Apóstol Martí y el Padre Varela.

¿Por qué la Pila en que Martí y Varela recibieron el agua bautismal se encuentra en el Aula Magna del antiguo Seminario de San Carlos, hoy Centro Cultural Padre Félix Varela? ¿por qué no está, en la iglesia del Santo Ángel Custodio?

A continuación, por su importancia comparto las partidas bautismales de José Martí y Félix Varela, publicadas en la Revista de Avance, correspondiente al 2 de octubre de 1943.

EL APOSTOL MARTI.
Hace muchos años se suscitaron distintas discusiones entre conocidos historiadores, por dilucidar el lugar de nacimiento del Apóstol de nuestras libertades José Martí. El doctor Arturo R. de Carricarte, en brillante informe elevado a la Academia de la Historia, dejó perfectamente aclarado el lugar. Más tarde, el mismo Carricarte, uno de nuestros más fervorosos martianos, dio a conocer, precisamente el primer número de la “Revista Martiana”, publicada en el año 1921, el texto de la Partida bautismal del Apóstol, que consta en el Libro 18 de Bautismos de Blancos, folio 61, vuelta, año de 1853, cuyo facsímil reproducimos por cortesía del mismo Carricarte, y que dice así:
Sábado 12 de febrero de 1853 años: Yo, Presbítero Don Tomás Sala y Figuerela (¿?), Capellán por S. M. del Regimiento del Real Cuerpo de Artillería de esta plaza de la Habana. En la iglesia del Santo Ángel Custodio de la misma bauticé solemnemente a un niño que nació el 28 de enero del presente año, hijo de Don Mariano Martí, Sargento primero del Real Cuerpo de Artillería, natural de Valencia y de Doña Leonor Pérez, natural de la Isla de Santa Cruz de Tenerife, una de las Canarias. Abuelos Paternos: Don Vicente Martí y Doña Manuela Navarro. Maternos: Don Antonio Pérez y Doña Rita Cabrera: en dicho niño ejercí las Sacras Ceremonias y Preces y le puse por nombre JOSÉ JULIÁN MARTÍ. Fueron sus padrinos: José María Vázquez y Doña Marcelina Aguirre, a los que advertí el parentesco espiritual y demás obligaciones que contrajeron y lo firmé. Tomás Sala, Rubricado. L. Viamon Moneda. Rubricado.

LA DEL PADRE VARELA.

LIBRO SEXTO DE BAUTISMOS DE BLANCOS. FOLIO 203. NUMERO 866. Jueves veinte y siete de noviembre de mil setecientos ochenta y ocho años. Yo F. (Fraile) Miguel Hernández, de la Orden de Predicadores, Capellán del Regimiento fijo en esta Plaza, bauticé y puse los Santos Oleos a un niño que nació el veinte de noviembre próximo pasado, hijo legítimo de D. Francisco Varela, teniente del mismo Regimiento, natural de la Villa de Tordecillas, en el Reino de Castilla La Vieja, y de doña María Josefa Morales, natural de la Ciudad de Cuba: Y en dicho niño ejercí las Sacras Ceremonias y Preces, en esta Iglesia del Sto. Ángel y le puse por nombre: FELIX FRANCISCO JOSE MARIA DE LA CONCEPCION. Fueron sus padrinos el teniente coronel don Bartolomé Morales, capitán del mismo Regimiento fijo, y doña Rita Josefa Morales, a quienes advertí el parentesco espiritual que contrajeron y lo firmo, con el teniente de Cura que estuvo presente. Fr. Miguel Hernández (Rubricado). Br. José Domingo Sánchez y Fleites. (Rubricado).

¿Qué pudo motivar a don Mariano, elegir la casa con el No 41 de la calle Paula?

¿Qué pudo motivar a don Mariano, elegir la casa con el No 41 de la calle Paula?

Pocos se preguntan que pudo motivar a los militares del Cuerpo de Artillería de la Real Fortaleza de La Cabaña, al sargento Mariano Martí y Navarro, y a su concuño, el teniente Juan Martín Rodríguez, buscar una casa por el barrio de San Isidro u otro aledaño.

El residente español Don Juan Matías Cabezas les alquiló la casa de la calle Paula 41 al sargento primero del Cuerpo de Artillería de la Real Fortaleza de La Cabaña, Mariano de Todos los Santos Martí y Navarro, y a Leonor Antonia de la Concepción Micaela Pérez y Cabrera, padres de José Martí, quienes ocuparon la planta alta del inmueble, y al teniente de Artillería de la Real Fortaleza de La Cabaña Juan Martín Rodríguez, casado con Rita Pérez y Cabrera, hermana de Leonor, quienes ocuparon el área mayor en la planta baja.

Si observamos detenidamente el plano publicado en 1853 por José María de la Torre, el mismo año del nacimiento del apóstol, descubrimos que a escasa una cuadra se encontraba el Cuartel de Artillería y Montaña, muy probablemente donde fueron destacados ambos oficiales, situado en el antiguo Convento de San Isidro, calle Compostela, acera del oeste, y que para mayor coincidencia, el 23 de septiembre de 1944 en el mismo lugar se construyó la nueva sede del Archivo Nacional de Cuba inaugurado por el presidente Fulgencio Batista, el Dr. Emeterio Santovenia, presidente de la Academia de Historia de Cuba, y el capitán del Ejército Libertador y jefe del Archivo, Joaquín Llaverías, el mismo académico que encabezara la Comisión para determinar el lugar de nacimiento del más universal de los cubanos.

Bibliografía.
1.- Revista Bohemia, 1 de febrero de 1953.
2.- Arquitectura. Revista mensual. Órgano oficial del Colegio Nacional de Arquitectos. Julio 1941. Año IX. NUM.96. La Habana – Cuba.
https://bibliotecavirtual.defensa.gob.es/.../registro.do...

¿Nació José Martí en la Cabaña? (Final).

¿Nació José Martí en la Cabaña? (Final).

La Comisión no pudo desmentir que nuestro Apóstol de las libertades cubanas, naciera en el barracón No. 7 de la fortaleza de La Cabaña, y sin encontrar documento alguno que lo desmintiera, concluyó aceptando que José Julián Martí Pérez, nació en la casa de la calle de Paula 41, y lo publica en La habana, a los 16 días de 1940.

A partir de esta decisión sin fundamento, los intelectuales martianos, continuaron asegurando que después de la boda de los padres de José Martí efectuada el 7 de febrero de 1852, en la iglesia Parroquial de Monserrate, se fueron a vivir a una casa de dos plantas en la calle de Paula No.41.
Entonces, también queda en pie la posibilidad que se mudaran de la fortaleza hacia la casa de la calle Paula, cuando José Martí contaba con diez días de nacido, exactamente el 7 de febrero de 1853, al cumplirse un aniversario de casados, porque bien pudo ser una sorpresa que el recio militar quiso darle a su querida esposa, quien, en carta dirigida a su hijo en 1882, le expresara: “de novio, aunque no muy expresivo, no le faltaba modo de dejarse entender, porque entonces era otro hombre”.

La revista Bohemia (1), no se explicaba, “que por motivos desconocidos hicieron que don Ramón Maseda, párroco (civil) de la iglesia del Santo Ángel Custodio de La Habana, célebre en los anales literarios del país, no pasase a la historia con el alto honor de haber echado las aguas bautismales al que llegaría a ser por sus virtudes admiración del mundo, pues el 12 de febrero, –– a los 15 días de nacido, –– don Tomás Sala y Figuerola, cura del Real Cuerpo de Artillería, fue quien bautizó al primogénito de don Mariano con los nombres de José Julián — Julián por ser el santo del día, que nació y como lo apadrinaron José María Vázquez y Marcelina Aguirre de Vázquez, se explica lógicamente el nombre primero”.

También, quiso la casualidad que el padre Félix Varela, muriera trece días después del mismo mes y año de bautizado José Martí, el 25 de febrero de 1953, y tal vez por ser el progenitor Francisco Varela y Pérez, capitán del Regimiento Fijo de La Habana, Félix siendo niño, fuera bautizado por el sacerdote dominico Miguel Hernández, capellán del mismo regimiento al que pertenecía su padre Francisco.

Además, en otro aparte, hay quienes aseguran que Blanche Zacharie de Baralt, muy amiga de Martí, en cierta ocasión, publicó que don Mariano, el padre de Martí, le había dicho que su hijo Pepe había nacido en La Cabaña.

1.- Revista Bohemia. Año 45. No.5. La Habana. 1º de febrero de 1953.

¿Nació José Martí en la Cabaña? La Comisión y otros datos de interés. (Parte 2

¿Nació José Martí en la Cabaña? La Comisión y otros datos de interés. (Parte 2)

El día 27 de octubre de 1939, la señora Sara del Prado, jefa del Negociado de Relaciones Culturales de la Secretaría de Educación, y secretaria de la Asociación de Damas José Martí, se dirigió al presidente de la Academia de la Historia. Y el 23 de noviembre de ese mismo año, (el periódico Granma escribe que fue el 23 de noviembre de 1934), la institución designó una Comisión formada por los académicos capitán del Ejército Libertador Joaquín Llaverías, (foto B), Emilio Roig de Leuchsenring, (foto C), y el propio Gonzalo de Quesada y Miranda (foto A). Si hubiera sido el año que menciona el periódico Granma, Emilio Roig no era todavía Historiador de La Habana.

Recordemos que fue Gonzalo de Quesada y Miranda, el primer biógrafo del maestro, e hijo de Gonzalo de Quesada y Aróstegui, el discípulo de Martí, quien puso públicamente en dudas la versión de que Martí había nacido en la barraca No.7 de La Cabaña, “se la dio el matrimonio cubano formado por Miguel Fernández Ledesma y Ángela del Castillo Agramonte, y también su hija Isabel Carolina Fernández del Castillo, “Cocola”, y su esposo Emilio D. Cassi, todo comentado en la casa de ellos, en Nueva York, donde el Apóstol se alojó al llegar a esa urbe, el 3 de enero de 1880”, confirmación realizada por Olivia América Cano, historiadora, biógrafa de doña Leonor, la madre del Apóstol. (1)

Agregó, América Cano, “que Miguel Fernández Ledesma (quien murió en febrero de 1891) había compartido grilletes como presidiario político junto al adolescente Martí en las canteras de San Lázaro. Y años después conversó en su casa neoyorquina con don Mariano, cuando el 31 de octubre de 1883 se le celebró allí el cumpleaños 68 de este, presente también Martí. Mariano había nacido en Valencia, España, ese día de 1815”. (2)

Bibliografía.
1. Revista Bohemia. Año 45. No.5. La Habana. Febrero 1º de 1953.
2. Olivia América Cano. Entrevista a Juventud Rebelde, publicada el 3 de marzo del 2013, y actualizada el 21 de septiembre del 2017.
3. Periódico Granma, del 28 de enero del 2019.