Viendo la hambruna, y la situación espantosa en que quedó el país, el Gobierno Interventor norteamericano, inmediatamente gestionó el suministro de alimentos a través del Departamento de Guerra enviando en total, 5.493.500 raciones cubanas, además de 1.000.000 de raciones gestionadas en los Estados Unidos por el filántropo Mr. Charles W. Gould, que fueron recibidas y distribuidas bajo la dirección de los comandantes generales de los departamentos del ejército.
Un favor a escopetazo. Con cuánta arrogancia y prepotencia el generalísimo Máximo Gómez, criticaba esta labor altruista dirigida principalmente a las víctimas, que no eran pocas, y no a los “incendiarios” de los bandos litigantes. “Hará cosa de ocho días se me presentó en Yaguajay míster Gould, con muchísimo aparato, yo le puse el punto a las íes, y esta es la hora en que este Cuartel General no ha recibido una sola ración de las tantas que diz que venían para el pueblo y las fuerzas”. (1)
Observen como la prensa oficialista de hoy en día manipula la cifra del haber anual de mil pesos oro americano, reduciéndolo con toda la intención en un sueldo de $83.33 mensuales para demostrar la pobreza de doña Leonor Pérez, sin ni siquiera mencionar el tipo de moneda, y menos la palabra oro. ¿Qué obligación tenía el Gobierno Interventor americano, encabezado por el general John R. Brook en concederle trabajo a una anciana de 71 años hasta los 79 en que murió, más allá de un gesto filantrópico? Pues veamos como sucedieron los hechos. (2)
Un mes después, el 24 de febrero de 1899, el Secretario de Agricultura, Comercio y Obras Públicas, el cubano Adolfo Sáenz Yánez, perteneciente al gabinete de John R. Brook del Gobierno Interventor americano, expidió un Decreto que se publicó en la Gaceta de La Habana de ese mismo día en que se consigna lo siguiente: “Habiendo manifestado la señora Lucía Iñiguez viuda, madre del difunto Mayor General Calixto García Iñiguez, que no podía aceptar por su avanzada edad, la plaza de Oficial Tercero de Administración, afecta al Negociado de Industrias y Comercio de esta Secretaría, para la cual fue nombrada con fecha 10 del presente mes, y habiendo solicitado la señora Leonor Pérez viuda de Martí, madre del patriota José Martí, un destino adecuado a sus circunstancias en este Departamento: vengo en dejar sin efecto el nombramiento de la señora Iñiguez y nombrar en su lugar a la señora Pérez viuda de Martí para la indicada plaza, cuyo haber anual es de mil pesos oro americano”. (3)
Este cargo lo desempeña hasta el 30 de junio de 1900, en que se le cesanteó, nombrándosele ese mismo día en otro de igual sueldo y similar categoría en el de Marcas, en la Sección de industria y Comercio, que fue el que desempañó definitivamente hasta su muerte ocurrida en esta capital el 19 de junio de 1907.
Quiere decir, que la madre de Martí estuvo percibiendo mensualmente $83.33 pesos oro americano hasta la edad de 79 años.
Es triste mencionar que en el mes donde fue cesanteada y vuelta a colocar en otra plaza el 30 de junio de 1900, veintiún días antes, el día 9, la madre de Martí había perdido a su hija mayor, con 46 años de edad, Leonor Petrona (La Chata) nacida en la calle Paula No.41, y quince días después, el 14 de julio, perdería con 33 años a María del Carmen (La Valenciana), pero ya el 9 de febrero del mismo año 1900, había muerto con 36 años, Antonia Bruna. Solo le quedaba viva de siete hijas, y un varón, Rita Amelia, la que moriría el 16 de noviembre de 1944, con 82 años. Continuará…/
Fuentes:
1.- Carta de Máximo Gómez a Estrada Palma, desde el Central Narcisa, el 9 de diciembre de 1898. Publicada en el Boletín del Archivo Nacional, La Habana, 1933, t. XXXII, p.96.
2.- EcuRed. https://www.ecured.cu/Leonor_P%C3%A9rez
3.- Revista Bohemia del 1º de febrero de 1953.