Cargaba las tres guerras sobre sus espaldas el coronel Juan Masó Parra hasta que un día, Máximo Gómez quien había traicionado a los patriotas dominicanos, al Ejército Español y al Ejército Libertador cuando el Pacto del Zanjón, al que él le llamó Convenio, lo infamó de traidor, cosa que nunca le probó en juicio oral, ni en el juicio oficial, donde siendo teniente coronel Enrique Loynaz del Castillo, como Fiscal Instructor, lo absolvió el 11 de septiembre de 1896 de toda culpa, y lo reintegraron a las filas independentistas.
El capitán Juan Maspons Franco, director del periódico La República, me escribió una carta pidiéndome datos sobre aquel desastroso acontecimiento, y yo le contesté lo que a continuación copio:
La Caridad del Almagre, 25 de junio 25 de 1895
Señor capitán Juan Maspons Franco. Mi estimado amigo: Voy a contestar su estimable carta de fecha 10 del corriente, donde con su amabilidad acostumbrada me pide informes sobre el combate de Dos Ríos en que tuvimos la desgracia de perder al Gran Martí. Me había hecho el propósito de no hablar nunca de este infausto acontecimiento, ni de lo que lo motivó, pero las razones por usted aducidas en su carta y la promesa que me hace de no publicar nada de este suceso hasta la terminación de nuestra lucha, me animan a romper el silencio que me había propuesto guardar. He aquí la relación de este acontecimiento: En las primeras horas del 19 de Mayo había salido con dirección a algunas viviendas próximas al campamento un capitán de apellido Ramos; este oficial se encontró con los exploradores de la columna enemiga, que guiada por un individuo (Chacón) que había enviado el general Gómez al pueblo de Remanganaguas en solicitud de algunos efectos, se aproximaba a nuestro campamento.-.Con este aviso el general Gómez me dio órdenes de preparar la fuerza, compuesta toda de 360 hombres de caballería, incluso jefes y oficiales. Ordené enseguida que los coroneles Estrada y Esteban Tamayo con sus respectivas fuerzas, ocupase el primero un camino que por nuestra retaguardia venía al campamento; y el segundo otro camino de Jiguaní por nuestro flanco derecho. Tratando de evitar con esta medida una sorpresa de ataque combinado como era de presumirse. Los generales Gómez, Masó, Borrero, teniente coronel Amador Guerra y yo, que era el jefe de día, con el Capitán Juan Arias y los hombres de mi escolta, salimos en busca del enemigo. Este se hallaba acampado haciendo su primer rancho, a media legua aproximadamente de nosotros, del otro lado del río Contramaestre en su margen izquierda. Continuará…/
Fuente.
Primera parte de un libro para la historia de Cuba. Curacao. Año 1904. Págs. 13 y 14