El cadáver de Martí presentaba cinco heridas de bala, una en el pecho, otra en la región anterior del cuello y las restantes en las extremidades inferiores. Del reconocimiento facultativo practicado, resultó que las dos primeras eran mortales por necesidad.
Al llegar a La Habana la noticia del combate de Dos Ríos y de la muerte de José Martí jefe civil de los separatistas, la noticia con la celeridad del rayo se extendió inmediatamente por los cuatro ámbitos de la capital. “El Comandante General de Santiago de Cuba, General de División don Juan Salcedo y Mantilla de los Ríos, envió al doctor Pablo Aureliano de Valencia Forns, médico forense de Santiago de Cuba, natural de La Habana, de 23 años de edad, graduado en España y especializado en práctica forense, que constituía en aquella época todo el alcance de la Medicina Legal. Sus propósitos eran establecer la identidad personal y preparar el cadáver mediante embalsamamiento para su traslado a la Ciudad de Santiago de Cuba.
El médico señor Pablo Aureliano de Valencia Forns, cumpliendo la orden del general Salcedo, salió de la Habana a las once de la noche del día 21, acompañado de un práctico, que conducía las substancias e instrumentos necesarios para el embalsamamiento del cadáver de Martí.
En la mañana del siguiente día 22, cerca del poblado de Palma Soriano, se encontró el doctor Valencia con la columna del coronel señor Sandoval, y manifestándole la orden que llevaba, siguieron la marcha hacia Ramón Yaguas, donde se procedió a la exhumación del cadáver de Martí y a su inmediato embalsamamiento.
El doctor Valencia y Forns dispuso de la documentación sobre rasgos fisonómicos particulares suministrados por personas que habían conocido a Martí y le habían tratado íntimamente, señalando elementos específicos y característicos de su aparato dental, así:
[...] Pelo rizado de color castaño oscuro, con una calvicie en la parte más alta de la cabeza, tiene grandes entradas hacia las sienes, que ponen de relieve una frente ancha y despejada, no lleva barba, sino bigote muy fino, poco poblado, de color más claro que el pelo, ojos claros [...] buena dentadura, sólo le faltaba el segundo incisivo de la mandíbula superior del lado derecho y los dientes en su mayor parte, eran puntiagudos.
El doctor Valencia concluye su dictamen pericial en Santiago de Cuba, el 26 de mayo de 1895, exponiendo:
• Que entre el individuo muerto en el encuentro que con los insurrectos han tenido nuestras tropas el día 19 del que cursa y cuyo cadáver se encuentra ante nuestra vista y datos y antecedentes suministrados respecto a la persona de don José Martí, hay completa conformidad.
• Que en cuanto a los caracteres físicos y condiciones orgánicas existen igualmente completo acuerdo, por lo que podemos asegurar que el cadáver expuesto a nuestros ojos es el titulado presidente de la República (1).”
A poco de emprender la marcha el fúnebre convoy, se presentó ante la columna una partida de rebeldes, mandada por el cabecilla Jesús “Rabí” Sablón Moreno, y comenzó a hostilizarla, siguiéndole en su marcha hasta las inmediaciones de San Luis, sin cesar de disparar contra los soldados. Las tropas, que habían contestado, aunque sin trabar combate, a los disparos del enemigo, recibieron orden de atacarles, y entonces se entabló una reñida acción en que nuestros valientes soldados mostraron una vez más su reconocido valor y arrojo. En la refriega lograron hacer prisioneros a nueve separatistas y causaron nueve muertos y numerosos heridos a la partida. De la columna resultó herido en el cuello el teniente don José de La Torre y Morales, natural de Cuba, y bravo oficial que se distinguió mucho por su valor y arrojo en la campaña de Melilla. Continuará…/
Fuente:
1.- Reseña histórica: identificación de los restos mortales de José Martí, mediante el aparato dental. Antonio Rafael Cobo Abreu, Jorge González Pérez, Yanin Cobo Montañés.
https://www.scielo.sa.cr/scielo.php?script=sci_serial...
2.- Cuba española. Reseña histórica de la insurrección cubana en 1895. Emilio Revertér Delmás. Barcelona. 1896. Págs. 332 - 334.
3.- Las fotos del teniente Jorge de la Torre y del capitán Enrique Satué, son tomadas de la revista Bohemia del 15 de mayo de 1955.