Es cierto que los $83. 33 pesos oro americano, no era un gran salario. Sin embargo, algo mayor que el salario de los maestros de La Habana que recibían $75.00 mensuales, $60.00 los de las capitales de provincias, y los $50.00 de los maestros rurales. (1)
En los momentos en que una Asociación de “Señoras y Caballeros” por Martí, luchaba para adquirir y entregar la casa a doña Leonor Pérez, el 24 de febrero de 1899 hacía su entrada en La Habana el Generalísimo Máximo Gómez, entre vítores de una muchedumbre enardecida, que primero lo acompañó al Ayuntamiento en el cual lo recibieron, el Alcalde Perfecto Lacoste, y el general William Ludlow, del Gobierno Interventor norteamericano, quienes le asignaron la Quinta de los Molinos, antigua residencia veraniega de los Capitanes Generales.
Y siete meses después, la prensa habanera publicaba el 17 de septiembre de 1899, la exhumación de los restos del Lugarteniente general Antonio Maceo y de Panchito Gómez Toro, con la presencia del generalísimo Máximo Gómez, el mismo que inauguró el mausoleo en el Cacahual, el 7 de diciembre de 1899.
¿Qué podía sentir la madre de nuestro héroe nacional, al leer aquellas noticias, cuando no tenía la menor idea en qué parte de Cuba se encontraban los restos de su amado hijo? ¿Qué habían hecho por ella su nieto capitán José Francisco Martí que trabajaba en la Aduana de la República, los generales patriotas, y tan amigos, además de Máximo Gómez, Emilio Núñez, Lacret Morlot, Salvador Cisneros Betancourt, Mayía Rodríguez, Manuel Sanguily, Carlos Roloff, etc? ¿Sus queridísimos amigos Fermín Valdés Domínguez, Juan Gualberto Gómez y Gonzalo de Quesada Aróstegui? Continuará…/
Fuente:
1.- Diario de la Marina del lunes 11 de diciembre de 1899. Pág. 4
2.- Cuba los primeros años de independencia. Dr. Rafael Martínez Ortiz. Primera parte. Tercera edición. 1920. Pág. 47.