Los tres no se llamaban Juan, uno de los hermanos era Rodrigo de Hoyos, ambos indios naturales, el otro un criollito negro nombrado Juan Moreno, de unos diez años a lo sumo, pero para la imaginería cubana son los “tres Juanes” de Cachita, que por el año 1627 o 28 *, cuando en busca de sal se dirigían por tierra hacia la bahía de Nipe. Al amanecer cerca de Cayo Francés, encontraron una imagen de quince pulgadas de alto de la Santísima Virgen María, flotando sobre una tabla con la inscripción “Yo soy la Virgen de la Caridad”, la que llevaron hacia el hato de Varajagua o Barajagua, y por disposición del administrador de las minas de cobre, se construyó una ermita donde permaneció por tres años. Posteriormente entre el clamoreo de campanas y salvas de fusilería, en procesión la trasladaron al altar mayor de la iglesia parroquial del Cobre, pero las apariciones de luces misteriosas por tres noches consecutivas, determinaron construirle en un cerro el famoso santuario de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre. “La tradición del hallazgo de la imagen cuya lámina ofrezco fue consignada con la historia de su culto en un MS del presbiterio, don Onofre de Fonseca, capellán del santuario del Cobre, quien lo escribió en 1703 con vista de los autos que en 1688 se formaron ante un juez competente y obran en el archivo de dicha iglesia. El MS fue después comentado por el presbítero don Bernardino Ramón Ramírez y publicado en 1829 por don Alejandro de Paz y Ascanio” (1).
* El padre Jordi Rivero, en un artículo relacionado al tema, sitúa la leyenda entre
1612 o 1913.
Bibliografía:
1.- Manual de la Isla de Cuba. José García de Arboleya. Segunda edición. Habana. Año 1859. Pág. 379 y 380.