¿Vergüenza contra dinero?

Viendo las imágenes de la “chusma venezolana madurista” agrediendo a Juan Guaidó, me viene a la mente, el lema del Partido Ortodoxo de Chibás “Vergüenza contra dinero” y su símbolo la escoba, necesaria para barrer a sujetos como estos de las fotos que desvergonzadamente llegan al “Monstruo”, “vestidos de gusanos” dejándola caer entre líneas, el rabo entre las patas, agazapados en un perfil muy bajo, reaccionando malhumorados que aquí se les pregunte por la palabra comunista, llegan pidiendo unión y olvidar el pasado, pretextando que tienen hijos aquí, que tienen visas, y que Estados Unidos no es Miami, olvidando durante su estancia “por conveniencia” que están en el capitalismo, en el imperialismo, en el lugar que los bloquea y “les mata a su pueblo de hambre”, (y no en el extranjero como le llaman ellos), pero cuando regresan al cadáver socialista revolucionario, con ciertas “perretas” en su Aduana, entonces recobran la memoria, dejándole el traje de “gusano” al nombre de los largos y abultados maletines, y vuelven al traje de ratas para trepar al “cadáver”, y retomar la agresividad, gritar que son más comunistas que el resto de la población, con golpes de pecho y todo, (En cadena Nacional), acusándonos de gusanos, mafiosos, ladrando como “perras en celo”, sin tomar en cuenta que en la gusanera viven sus hijos, que en la mafia viven sus hijos, que en capitalismo cruel y brutal viven sus hijos, que en el imperialismo del águila que bloquea a su “empobrecido pueblo” viven sus hijos, maldiciendo al HP presidente de sus hijos, que les permite entrar y salir para que vean a sus hijos. Una prueba parcial de algunos individuos lame botas de los dictadores, que vienen con el propósito, además de ver a sus hijos, buscar dinero, faltar el respeto, burlarse del dolor de nuestra gente, y cuando logran su objetivo, entonces nos llaman tontos e idiotas, jactándose de su mucha habilidad y osadía para burlarse de nosotros.

Víctor Mesa y su sincretismo.

Vean el sincretismo del santoral de la hiena Víctor Mesa. San Fidel por San Fula, Santa Cuba por Santa Yuma, Santo Socialismo, por el Santo Capitalismo. ¡Lo que hacen treinta monedas de plata! Donde dije digo, digo Diego.

Un llamado a los repatriados.

Noel Tortoló creo que el olor del “Verde Olivo” te atrajo como una mosca. La historia de tu padre la conoce cada cubano de mi generación, muchos la habrán olvidado, yo no. Lo de Pedro Tortoló, tu padre no es el único caso donde esa dictadura castrista se ensañó con una familia después que no le sirvió a sus intereses, Ochoa, de la Guardia, etc, etc, etc. Creo, debes darle gracias a Dios que no te lo fusilaron ni siquiera lo metieron preso, quiso ir a Angola a reivindicarse, y ni eso logró, tampoco perdió su casa que le dio el MINFAR ni el (auto) Lada, con el que más o menos se gana la vida. Tú y tu hermano crecieron con el estigma del “bullying” (burla, acoso, intimidación) me imagino lo duro y difícil crecer y vivir así, pero a pesar de todo lo anterior, tuviste la oportunidad de abandonar el país (oportunidad que muchos no la tenían ni la tienen), y rehacer tu vida como lo hace el otro hermano tuyo aquí en USA. En tu caso específico los cantos de marranos (no sirenas), marranos, y el olor del “Verde Olivo” te marearon y atrajeron como mosca hacia la putrefacción, hacia el lodazal que ni olvida ni perdona, y te repatriaste, para volver codearte con los Víctor Mesa, David Calzado, etc, etc, etc, y sabe Dios con cuantos más, pero el tiro te salió por la culata. Esa dictadura ni perdona ni olvida, que lo sepan los repatriados. Ahora llamas injusticia porque te piden cuatro (4) años de cárcel y te crees inocente (seguro estoy que lo eres), pero todavía tú y tu padre viven en el limbo político, creo que con más inclinación hacia el “Verde Olivo”. Te recuerdo Noel, que miles de miles, perdieron casas más grandes y bonitas que la tuya, mejores carros que el tuyo, miles de niños como tú y tu hermano, no sólo crecieron en el “bullying”, crecieron bajo el terror sicológico de los mítines de repudio, que a muchos le fusilaron a sus padres, hermanos, hijos, que muchos no han cumplido cuatro (4) años de cárcel, sino condenas de 20, 30, y cadena perpetua. Y tú, Noel todavía te quejas, mientras abrazas a los tuyos. Conviértete en un Coco Fariña, deja de lloriquear y cágate aunque sea un día, en la madre del que desgració a tu familia, que bien sabes, fue Raúl Castro.

Observen este vídeo del porqué Victor Mesa Martínez, es una sabandija comunista.

Víctor Mesa le robó el “Home” al exilio de Miami.

La sabandija beisbolera Víctor Mesa Martínez, con la misma habilidad que tenía para robarse el “Home” en cualquier juego de pelota en Cuba, le robó el “Home” al exilio cubano de Miami. Y es que este camaleón, típico ejemplo de como vivir con la mente en el comunismo y la barriga en el capitalismo, hoy es uno de los “millonarios” que engrosa el restringido círculo de la burguesía Castro-comunista. Cada vez que escuchen a cualquier intelectual, o deportista pidiendo que se olvide el pasado, les recuerdo que estamos en presencia de un connotado agente del G-2 cubano, o un militante comunista al estilo de Víctor Mesa. La misma capacidad del talento que lo engrandece, es el mismo volumen de su desvergüenza. Cada vez que veo la sonrisa en el rostro cínico de este ex pelotero, me recuerda a los tantos deportistas tan talentosos como él, que no corrieron con igual suerte, me vienen a la mente el Pedro José Rodríguez, Albertico Martínez, Rey Vicente Anglada, etc, y toda la pléyade de boxeadores olímpicos y mundiales que se revuelcan en la cochiquera heredada del socialismo. Es indignante ver como las cadenas de radio y televisión, incluida Tv Martí, tienen que hacer “filas” o colas, para entrevistar al camaleón comunista de Víctor Mesa cuando viene a Miami, y aún más indignante ver a los comentaristas y periodistas “gusanos” con una sonrisa de oreja a oreja, locos por tener no sólo la primicia sino un recuerdo con la sabandija comunista. Alivio mis penas, al ver que aún contamos con un “Duque” Hernández, un Liván Hernández, un René Arocha, tan grandes como la sabandija, pero con mayor dignidad y vergüenza como ser humano.