El actor Luis Alberto García llega en
avión a Miami, pero sus mensajes no llegan a las 45 millas.
Hay quienes le han enviado cartas,
mensajes, respuestas como el laureado director de cine Lilo Vilaplana y no les contesta,
voy a evitarme tal omisión y trataré de descifrar el discurso encriptado, que
posteó en su muro de Facebook. Lo del “período espacial” me queda claro que
abarcará mas allá de 60 años, mientras existan los timoratos como Díaz Canel,
que no logra poner los pies en tierra. Al referirte “a los menos” también me
queda clarísimo al indicar la élite dictatorial castrista. Todos sabemos que
“esos menos” llevan sesenta años (60), sin ellos padecerlo, burlándose del
hambre, la sed y los apagones que los atacarán como los Caminantes Blancos, de
la falta de más medicinas, los sudores y sofocos sin ventiladores ni aires
acondicionados en este verano eterno, las horas que cientos de miles verán
consumirse en las paradas de ómnibus, los taxis en “stop motion”, y no quieren
de verdad lo mejor para ustedes. Son 60 años justificando los medios,
pareciéndoles bien que los ancianos y los niños sufran en un primerísimo primer
plano, al igual que los enfermos encamados, los que deben ir a un hospital por
una diálisis, un suero para paliar el cáncer o una sesión de fisioterapia y
pasarán las de Caín para transportarse, los que necesitan un trasplante y no
tendrán acceso a los medicamentos que les permitan a sus cuerpos acoger a ese
nuevo órgano sin rechazarlo, ¿merecen ese vía crucis? Claro que no, Luis
Alberto. ¿Tú crees que ellos en 60 años no lo saben? ¿Se lo vienes a enseñar
tú, ahora? ¿En defensa de qué idea apoyan semejante indefensión?, te preguntas.
Bueno, que yo sepa en los “ideales de su socialismo”. Claro que sí, Luis
Alberto, claro que los hace felices pensar en los cientos de miles de
compatriotas, familiares, amigos o conocidos, que estarán dos o tres horas
tratando de ir a trabajar para mantener a los suyos y otras dos o tres para
llegar a sus casas para cocinar lo que aparezca, a veces sin agua, a veces sin
energía eléctrica, en un ciclo infernal. Si, no solo felices sino contentos de
que miles de emprendedores pierdan lo que invirtieron, recuerda Luis Alberto que
a ellos nunca les interesó la propiedad privada. No, tu ves, en eso no están
contentos, más bien están preocupados por la desaparición de los cruceros y
merma de las remesas. ¿Se les dibuja en sus rostros una sonrisa imaginando
semejante malvivir? Bueno, Luis Alberto cuando veo los hijos y nietos de esos
“menos”, darse la vida que se dan en el “imperialismo” o capitalismo, en lo
primero que me doy cuenta es en sus caras sonrientes, llenas de gozo y deleite
al disfrutar del despilfarro al erario público. ¿Alguna vez Luis Alberto, le
preguntaste eso mismo que preguntas, a las madres que se quedaron sin hijos
porque “esos menos” intervinieron militarmente en Angola y Etiopía, amén de los
niños que nuestras bombas y metrallas mataron en esos países?, ¿Cristianos?. Tu
bien sabes que ellos son ateos. ¿Buenas personas? Yo diría más bien, asesinos.
Qué suerte la tuya Luis Alberto, que puedes venir acá al imperio a visitar tu
hija y que cuando te veas cualquier madrugada de esas, con un pedazo de cartón,
echándole fresco a tus hijitas durante horas para que puedan dormir y llegar a
su escuela medianamente descansadas, vas a pensar mucho en nosotros. Yo también
voy a pensar en ti y en tus niñas cada vez que me acuerde que van hacer 20
años, que “esos menos”, no me permitieron estar con las mías tan niñitas como
las tuyas y nunca más las vi ni las he visto ni creo que las vuelva a ver. Y te
doy las gracias Luis Alberto García, por incluirme en esos tres millones de cubanos
desperdigados por el mundo, que a pesar de no gustarles el comunismo no piden
lo peor para los que viven allá en Cuba.
Fuente: https://www.facebook.com/garcianovoaluisalberto