En el número de La Habana Elegante
correspondiente al 26 de Agosto de 1888, en una crítica sobre el Álbum de El
Criollo, escribí lo que a la letra copio: «En la galería de los héroes y de los
mártires de la guerra de la Independencia, no deben figurar los camafeos de
Narciso López y Ramón Pintó, campeones del anexionismo, tendencia suicida y
materialista que, para gloria de nuestro pueblo, no arraigó en la conciencia
cubana. Así
comenzaba su comentario el periodista Manuel de la Cruz, en la Revista cubana,
periódico de ciencias, filosofía, literatura y bellas artes. Tomo XIII. La Habana
1891, que dirigía el patriota Enrique José Varona, pero con lo que no contaba
el señor de la Cruz y la gran mayoría de los cubanos, era con la respuesta del
célebre novelista cubano Cirilo Villaverde, secretario de guerra del general
Narciso López, al sentirse herido en lo
más vivo por mi rotunda afirmación, me escribe desde New York la
interesantísima y briosa carta que más adelante se verá. En esa carta, el
también autor de la novela Cecilia Valdés, refutaba enérgicamente porque, en mi concepto, no sólo pertenece a
López la gloria de haber sido su precursor, (se refería a la raza de los
hombres de Yara) sino que les enseñó a
rebelarse y pelear contra el temido poder español. Y más adelante
argumentaba como
secretario privado suyo, viví con él en esta ciudad (Nueva York) y le acompañé durante su estada en
Washington y Nueva Orleans, hasta unas tres semanas antes de su segunda
invasión de Cuba, cuando para cumplir con una orden suya, marché a Jacksonville
en la Florida. Duró tres años cabales este período de nuestra amistad y
compañerismo, y ya puede V. ver que tuve ocasión sobrada de estudiar y conocer
su carácter, sus ideas y pensamientos sobre todo lo que se relacionaba con sus
proyectos de revolución e independencia de Cuba del dominio español. Y al
final de la misiva afirmaba el ilustre escritor la
independencia nacional de Cuba es el primer artículo de nuestro programa
revolucionario. Por aquí vendrán ustedes en conocimiento de cuan lejos estaba
de la mente de Narciso López y de los caudillos de la revolución la idea de
anexar a Cuba a los Estados Unidos por medios indignos, humillantes y
derogatorios de la dignidad del pueblo cubano. La propaganda española contra el general
Narciso, fue brutal y avasalladora. Es una lástima que así la sigan viendo los escritores,
periodistas y sobre todo los historiadores, cubanos. No creo que a Cirilo
Villaverde, aquel que compartió el ideario “narciciano” lo hayan reivindicado solo
por ser el autor de la cubanísima Cecilia Valdés. El general Narciso, sin tener
“una formación ideológica sobre el patriotismo cubano” fue más patriota, a mi
parecer que José Antonio Saco, después de criticar tanto las acciones del
venezolano “extranjero”, terminó casándose con la ex esposa de quien fue la segunda lanza de la corona española.
Este militar me recuerda por su valor y osadía al general Arnaldo Ochoa que fusilaron en algún lugar de Cuba, mientras al otro lo ejecutaron en el garrote vil frente a la fortaleza de la Cabaña, quizás a unos metros del monumento donde fusilaron a los ocho estudiantes de medicina.
Nota: Aquellos que quieran leer completamente la carta del novelista Cirilo Villaverde, nosotros la publicaremos en habanacimarrona.blogspot.com