El Capitolio de la Habana, una de las
obras más grande de América, se construyó en alrededor de dos años, durante el
gobierno del General mambí Gerardo Machado, inaugurándose el 20 de mayo de
1929, Día de la Independencia de Cuba. El historiador de La Habana, Eusebio
Leal, que vive en una dimensión paralela “revolucionaria”, en su programa Andar
la Habana, donde resaltaba las obras arquitectónicas de la ciudad, casi ninguna
construida por el sistema que defiende, dijo, y cito textualmente: “Ya nadie
recuerda a Gerardo Machado, más que como una página de la historia de Cuba, su
intento de reformas y transformaciones nacionalistas devinieron por un camino estrábico
(Agrego, que la imagen hubiera sido mejor con la quinta acepción del verbo extraviar,
cuando una persona pierde el camino o la orientación, y no su bizcornea). Al
acto de inauguración del Capitolio asistiría el presidente de los Estados
Unidos (John Calvin Coolidge), e importantes delegaciones de toda América (...)
Hoy no haríamos un Capitolio como este, no invertiríamos quizás aquellos 20
millones de dólares, que fue una de las más grande exigencia económica que pudo
enfrentar la República, casi 20 millones, quizás lo invertiríamos en otras
cosas, infinitamente más útil, pero no olvidemos nunca que el arte es indispensable”,
fin de la cita. El General mambí Gerardo Machado, no sólo lo intentó sino que
cumplió, a pesar de la mayor crisis económica mundial de 1929, y el terror de
los comunistas. De todo lo citado, sólo hay una perogrullada en su discurso,
“Hoy no haríamos un Capitolio como este”, “casi 20 millones, quizás lo
invertiríamos en otra cosa” . Enseguida me imaginé que en comida para el
pueblo, pero no, me equivoqué una vez más, lo invirtieron en un palacio, en el
Palacio de las Convenciones, inaugurado en 1979, “que ocupa 60 000 metros
cuadrados, con 15 salas y 11 de ellas climatizadas, modernamente equipadas, con
interpretación simultánea y avanzada tecnología en medios audiovisuales.
También dispone de otros locales multipropósitos y oficinas, lo que garantiza el
éxito de los eventos. Alberga el Hotel Palco, ejecutivo de 4 estrellas, además cinco
snack-bars, (que alguien me aclare), se encuentran el bar principal, la
cafetería y restaurante. Brinda servicios de organización profesional de
congresos, conferencias, oficiales de sala, secretaría técnica, distribución de
documentos, referencias, traducción, interpretación simultánea, mecanografía,
impresión, audio, acreditación, además de organización profesional de ferias,
montaje de exposiciones, gastronomía, servicios médicos y facilidades general”.
Esta cita fue extraída del portal oficialista EcuRed, donde agrega que está, “ubicado
en uno de los barrios residenciales más hermosos de la ciudad”, lo que me da a
entender que los residentes son obreros y campesinos, y los albergados por los derrumbes de la ciudad, ¿o no?. Creo que me volví a
equivocar.