Su vida llena de mentiras y misterios, al
igual que su muerte. Ni siquiera se llamaba Julio Antonio Mella, su verdadero
nombre era Nicanor Mac Partland. Uno de los fundadores del Partido Comunista de
Cuba, en 1925. Sus obsesiones políticas, lo llevaron a combatir la dictadura del
Presidente Gerardo Machado (1924-1933). Así los mismos comunistas avalaron a
uno de los terroristas más connotados de la historia cubana. Este joven estuvo
involucrado en la explosión de una bomba en la puerta del Teatro Payret de La
Habana. Fue expulsado de la Universidad y encarcelado donde mantuvo una huelga
de hambre. “La huelga trajo duras consecuencias al joven. El Partido cursó un
proceso interno en su contra acusándole de “indisciplina, insubordinación,
oportunismo táctico, nexos con la burguesía y falta de sentimiento de
solidaridad”, siendo finalmente expulsado”.
“En
enero de 1926, Mella embarcó en el Puerto de La Habana con destino hacia Honduras
donde fue deportado a Guatemala y de allí derivado a la capital mexicana a
principios del mes de febrero de 1926”. (1)
El
Partido Comunista de Cuba, en este sentido, escribió a Rafael Carrillo una
misiva donde se refería a Mella como un “perfecto y descarado saboteador de los
ideales comunistas, a quien le tenéis que negar toda relación, y mucho menos
ofrecerle tareas como si aún fuera acreedor a servir los ideales a los cuales
ha renegado en Cuba vergonzosamente [...] oír a un P. antes que la opinión de
un líder extraviado que no descansa en sabotear, por infinitos medios, nuestra
heroica labor”. (2)
El
deseo de Mella por tratar de derribar a Gerardo Machado en Cuba es bloqueado
por Moscú. (3)
Julio
Antonio Mella fue asesinado la noche del 10 de enero de 1929 en la esquina de
Abraham González con la calle Morelos, de dos tiros de revólver calibre 38. (4)
(que por cierto era el tipo de arma que Vittorio Vidali usualmente portaba): la
primera bala atravesó el codo izquierdo y el intestino, la segunda perforó un
pulmón. El juez Alfredo Pino Cámara interroga a Tina Modotti y «la sorprende en
varias contradicciones»(5)
Tina
Modotti en 1941, pocos meses antes de su muerte, le dijo a Jesús Hernández, que
fue ministro del gobierno republicano español:
« Vittorio Vidali *... no es más que un asesino, y me arrastró a
un crimen monstruoso. Lo odio con toda mi alma. Pero estoy obligada a seguirlo
hasta el final. Hasta la muerte...» (6)
De
Tina Modotti dijo Celia Hart: «...no le perdono que teniendo la fina sensibilidad
de una artista y habiendo sido amada por el hombre más bello, inteligente y
revolucionario de su tiempo, se hubiese ligado al oscuro Vidali. Pero Mella y
no Vidali es el que está fresco y más vivo que nunca. Vidali permanecerá helado
y siempre con mal olor...»(7) Celia Hart no descartó que el crimen de Mella haya
sido cometido por los estalinistas. (8)
* Vittorio Vidali
(Muggia, Trieste, 1900-1983), también conocido como Comandante Carlos, en el
contexto de la Guerra Española, como mando del Quinto Regimiento, fue un
político y militante comunista italiano. Hay historiadores que consideran que
Vidali participó en el asesinato de Mella junto a Tina Modotti, con la que tuvo
un romance. Fuente: Wikipedia.
(1) Americanía.
Revista de Estudios Latinoamericanos. Nueva Época (Sevilla), n. 5, p. 436-462,
ene-jun, 2017. Artículo “JULIO ANTONIO MELLA, EL CRIMEN DEL IMPERIALISMO” María
de las Nieves Rodríguez Méndez. Universidad Nacional Autónoma de México.
(2) Carta
remitida por el Partido Comunista Cubano a Rafael Carrillo (La Habana, 23 de
marzo, 1926), RGASPI, f. 23.
(3) Poniatowska
señala haber hallado en el Hoover Institute, dos cartas de Rafael Carrillo
donde «le pone a Mella su buena criticada». Véase: La Jornada, 18 de agosto de
1996.
(4) Cuba: ¿Un complot
internacional de mentirosos?
(5) Elena Garro,
Memorias de España 1937, Siglo XXI Editores, México, 1992, pág. 86.
(6) Jesús
Hernández, Yo fui ministro de Stalin, Editorial América, México, 1953.
(7) Celia Hart
«¡Julio Antonio!..."Hasta después de muerto"...», jueves, 19 de enero
de 2006.
(8) Conferencia
dictada el 30 de junio de 2005 en el museo Trotsky de la Ciudad de México.